El partido ante los granadinos disputado días pasados y entre semana era un partido importante por la situación delicada de ambos conjuntos. Depor y Granada llevan muchas jornadas en los puestos bajos de la clasificación, sin olvidar que a día de hoy no cambiaria nuestra situación por la de ellos. Podía callarme y hacer amigos, pero no lo voy a hacer, deseo que el equipo andaluz baje a segunda. Lleva muchas temporadas salvándose de aquella manera, como diría el otro, y va siendo hora de que se de morros. No voy profundizar más en el tema pues muchos sabemos el por qué de la manía que le puedo tener a este equipo. Y creo que somos unos cuantos los que formamos legión contra este club y sus formulas de competir.
Después de jugar los últimos dos partidos de liga con equipos andaluces, Granada y Sevilla llega un tercero que esperemos que sufra los efectos de la feria de abril. Y lo cierto, es que la importancia del próximo partido con el Málaga es casi tan importante como la ya comentada con los granadinos. El Málaga a mi entender no tiene un buen calendario y pese a no haber estado en toda la temporada en puestos de descenso creo que se va a meter en lio. Cierto es que Osasuna ya es un fijo en esos tres puestos que dan derecho al descender y el Sporting de Gijón y Granada se lo están ganado por meritaros propios. El Leganes por ahí anda.
En fin, olvidemos a los demás y centrémonos en lo nuestro. Llegó el momento en que los blanquiazules debemos asumir nuestra responsabilidad y coger el toro por los cuernos. La permanencia está en nuestro poder y lo único que tenemos que hacer es trabajar y creer en nuestras posibilidades. Años pasados estuvimos jugando al fallo del contrario y creo que lo mejor es jugar al acierto nuestro. Apuntar que por fin tenemos un entrenador que asume sus errores en vez de buscar excusas de mal perdedor como hicieron Víctor y Garitano. Todo un logro, fichar a un míster como Pepe Mel que no se esconde y se encomienda a mejorar haciendo autocritica. Esto que parece tan sencillo no lo tuvimos con los anteriores inquilinos del banquillo. La culpa siempre era de otros.
Y si hablamos de culpas decir que los principales responsables son los jugadores. Ellos deben tener claro cosas como que si perdemos un balón hay que recuperarlo, si iniciamos una jugada con todo el equipo arriba hay que acabarla, que el apoyo a los compañeros es fundamental ofensiva y defensivamente, y un largo etcétera de primero de fútbol. El entrenador también debe hacerle entender a algún delantero deportivista que no se puede pasar todo el partido empujando y haciendo más faltas que un defensa. Debe quedar claro que los empujones también son faltas y que una vez pitadas perdemos el balón, que a la vez nos obligan a recupera el balón con el consiguiente desgaste que supone correr detrás del equipo rival. No hace falta saber mucho de fútbol para ver estos fallos. Lo tenemos en nuestras manos. ¡Forza Depor!
