T odos sabemos que un club de fútbol no es una empresa más. Que a la consabida gestión económica y a sus resultados hay que añadirle el tópico de ‘que entre la bolita’. Y para conseguir eso lo fácil es tener buenos futbolistas. Ahora bien, cuando los recursos económicos son los que son, lo verdaderamente importante es acertar con los fichajes y encontrar el -otro tópico- ‘bueno, bonito y barato’.
Michele Somma llegó en el verano de 2018 al Deportivo. Fue ya casi a finales de agosto y tras pasar un verano muy difícil tras la desaparición de su equipo, el Bari. Había fichado un mes antes procedente del Brescia y solo un mes después se veía entrenando en un campo cerca de su casa y sin equipo. Hasta que llegó la llamada del Deportivo.
Él sabía a donde venía. A un club histórico, pero en Segunda. Podía haber aceptado alguna de las ofertas que tenía en su país, pero prefirió el reto de probar en la Liga española. Sabía también que tendría competencia en su puesto. Pero aun así, él se vino para Coruña. No llegó al 100%, pero confiaba en sus posibilidades.
No fue una buena temporada. A su tardía puesta a punto, Somma vio cómo primero Duarte y Bóveda y luego el portugués y Pablo Marí le cerraban el paso a la titularidad.
No se rindió ni protestó por no jugar. Se limitó a seguir entrenando y finalizó la temporada a un buen nivel a pesar de sumar poco más de una docena de apariciones en el equipo.
Este era su año, la temporada en la que lideraría la defensa con tan solo 24 años de edad (cumplirá 25 este mes de marzo). Y así estaba siendo hasta que un desgraciado gesto le ha llevado al quirófano y nos ha privado de su participación hasta la temporada que viene. Personalmente, este caso me recordó al mismo gesto que hizo Valerón cuando tuvo una lesión similar. Y todos recordamos lo que nos dio el canario cuando se recuperó.
Para el recuerdo de esta temporada nos queda la celebración posterior al gol que le marcó al Numancia, yéndose hacia al banquillo y gritándole a sus compañeros “todos juntos!” en señal de la piña que tenía que ser esa plantilla en ese momento tan difícil con el equipo hundido.
Hace poco he leído en este mismo diario que el club se va a poner en contacto con su representante para ver la posibilidad de ampliar el contrato que vence este mes de junio. Creo que sería un gran acierto. Nos quedaríamos con un excelente futbolista, con un jugador de equipo y con una gran persona. Con la madurez que le da las experiencias pasadas superando otras lesiones. Alguien que se agradece tener en un vestuario por su compañerismo. Y, por supuesto, con muchos años de fútbol por delante.
Esperamos verte de nuevo en Riazor, Michele!
