Nos hemos quedado un pelín chafados con el empate ante el Girona, ¿verdad? Un partido que iba 2-0, con Riazor entregado, el equipo jugando bien, con alguna ocasión más para marcar el tercero… y al final nos empatan. Y eso que jugábamos contra el equipo con más tope salarial de Segunda y que firmaríamos este resultado hace un par de meses. Pero qué se le va a hacer. Todos sabíamos que algún día se cortaría la racha de victorias. Y hemos sumado un punto más, que es lo importante.
El caso es que esta semana estuve comentando con un amigo la situación actual del Deportivo. Y estábamos lógicamente encantados. Veíamos el calendario que nos faltaba y en todos los partidos pensábamos que podíamos, como mínimo, puntuar. Que los partidos de casa los podíamos ganar todos y que no había ningún equipo superior al Deportivo. Pero eso es lo que tiene la euforia.Que ganas siete partidos seguidos y ya piensas que va a seguir la racha toda la vida.
Mirábamos también la clasificación y veíamos el play off a siete puntos. Pero claro, también le echábamos un poco de cabeciña al asunto y nos dábamos cuenta de que el descenso estaba a solo cuatro y que todavía queda mucho antes de poder olvidar la pesadilla de una Segunda B a la que nos veíamos abocados hasta hace muy poco.
Total, que hoy domingo se juegan un Fuenlabrada-Lugo, un Mirandés-Albacete, un Tenerife-Rayo, un Ponferradina-Extremadura, un Racing-Sporting… y ni mi amigo ni yo tenemos muy claro quien queremos que gane. Si queremos que ganen los de abajo para restar puntos con los de arriba o que pase lo contrario.
O incluso la solución intermedia: que empaten todos y así, si ganábamos al Girona, le sacábamos dos puntos a cada equipo (y 3 al Girona, claro).
Yo, sinceramente, creo que tenemos que echarle sentidiño al asunto. Tenemos que tirar del tópico del “partido a partido”, esa frase que todos le atribuyen a Simeone pero que ya hace muchos años se la escuchábamos decir a Arsenio.
El Deportivo está ahora bastante más desahogado que hace dos meses. Estábamos a 9 puntos de la salvación y tras 3 victorias consecutivas dejamos esa diferencia en un solo punto. Pero claro, recortamos ocho puntos en tres jornadas a equipos que están abajo, es decir, los que pierden habitualmente.
En cambio, recortar siete puntos con los equipos de arriba no es tan fácil. Hacen falta muchas victorias y ya solo quedan catorve partidos. Vaya, que igual se nos quedan cortas las 42 jornadas.
Lo dicho, quedan catorce partidos y estamos a cinco victorias y media de la salvación.
Vamos sólo a pensar en eso, que hasta ahora nos ha ido muy bien, y luego ya vamos viendo lo que pasa.
Pero eso sí, la ilusión de mirar hacia arriba en la clasificación que no nos la quite nadie…