Anécdotas deportivistas (VI): Entrenadores héroes y villanos
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Anécdotas deportivistas (VI): Entrenadores héroes y villanos


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Uno de los males que aqueja al Deportivo es, sin duda, la estabilidad en el banquillo. La llegada de Fernando Vázquez ilusionó a la parroquia deportivista deseosa de que ese círculo vicioso de ceses que se inició en verano de 2014 se haya por fin cerrado. Lejos quedan ya los años en que Arsenio permanecía en el banquillo hasta que él decidía irse. O las largas temporadas que pasaron en Riazor hombres como él, como Jabo Irureta y hasta Miguel Ángel Lotina.

Y de todos esos ceses, hoy quería hablar de tres de ellos. Son casos en los que un entrenador fue considerado un héroe una temporada y cesado a la siguiente.

José Luis Oltra fue fichado en el verano de 2011 con la exigencia de subir a Primera sí o sí. Y la historia ya la conocen. Unos inicios titubeantes y una temporada inmaculada llena de records. Un éxito en toda regla. Justo lo contrario que el año siguiente. Un inicio prometedor seguidos de otros resultados sonrojantes y que dieron con los huesos del equipo en la cola de la tabla. Cese al canto y Oltra que se fue sin decir ni una mala palabra. Una gran persona. Algo debe de tener este hombre que deja un buen recuerdo en todas partes. Seriedad, honestidad y trabajo.

Bastantes años antes, en febrero de 1997 llegó Carlos Alberto Silva al Deportivo en sustitución de un John Toshack enfrentado a la afición y a algunos jugadores. Una racha de seis victorias consecutivas y de diez triunfos en trece partidos con un Rivaldo en plan estelar provocaron la renovación de Silva por otra temporada. El hombre que había devuelto la tranquilidad a Riazor se había ganado seguir en el club. Desgraciadamente, la temporada siguiente solo le duró seis partidos al bueno de Silva. La espantada de Rivaldo, la eliminación en primera ronda de la UEFA y una victoria en seis partidos precipitaron la caída del entrenador brasileño que hasta vivió una esperpéntica resolución de su contrato con amago de readmisión incluida.

Para terminar, nos vamos mucho más atrás, a 1981. Un año antes José Martínez Palomar llegaba al Deportivo para hacer una labor similar a Oltra. Tocaba subir desde Segunda B sí o sí. Y así fue. Un inicio fulgurante con cinco victorias seguidas y una segunda vuelta donde no perdió en los 18 últimos partidos hicieron de Martínez el hombre que devolvió al Deportivo a Segunda. Una vez más los resultados de la temporada posterior transformaron al héroe en villano. Una derrota por 0-3 frente al Elche que culminaba una racha de ocho partidos con tres empates y cinco derrotas dieron con Martínez en la calle.

Tres historias similares con sus particularidades y en épocas muy diferentes. Héroes que se vuelven villanos pocos meses después.

 

 

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