Poderío físico y ganas
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Poderío físico y ganas


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Espectaculares imágenes nos han dejado las dos semifinales de la Champions, especialmente las de los momentos decisivos de la segunda, con oleadas de juego que han podido decantar la eliminatoria para cualquiera de los dos lados. Al final, el Tottenham –quizá por veteranía o por mayor poder físico– ha escrito la página más brillante de su historia, que se remonta a muchos más de cien años de existencia. 

Pero, aunque ya han pasado más de 48 horas, se habla principalmente de la eliminación del Barcelona en Liverpool. Y es que el impacto ha sido espectacular, sobre todo por el 3-0 de la ida y porque nadie esperaba un resultado como el que al final se produjo. 

Ha vuelto a ocurrirle al Barcelona de Valverde y Messi. Todavía no se había borrado del subconsciente del aficionado azulgrana lo ocurrido en Roma cuando ahora se repite la situación contra la que todos se habían conjurado para que volviese a pasar. Pero el fútbol tiene ese encanto de lo imprevisible. 

Con las bajas de Firmino y Salah, los aficionados ingleses habían bajado mucho las expectativas de poner contra las cuerdas al Barcelona. Pero la rápida apertura del marcador hizo que aflorase el optimismo en Anfield Road. Y los jugadores del Liverpool siguieron creyendo en sus posibilidades, a base de imponer sus mejores armas: poderío físico y ganas. Fueron los pilares del equipo local para deshacerse de un Barça que en algunos momentos del partido se dejó llevar, sin pensar nunca que sus rivales pudieran voltear la eliminatoria. 

Ensu historia el Barcelona ha cometidomás pifias inolvidables, como aquella eliminación en el Camp Nou ante el Metz francés, con derrota 1-4 tras dos goles a favor en la ida. O la ridícula derrota en la final de Sevilla frente al Steaua Bucarest, con todos los penaltis fallados o parados por Duckadam. El equipo azulgrana ha tenido en sus filas a muchos de los considerados mejores jugadores de la historia. Desde Kubala hasta Messi, pasando por Cruyff, Romario, Maradona o Ronaldinho. Todos ellos reconocidos como extraordinarios jugadores pero que no dieron al club el rendimiento y los títulos que su categoría presuponía, con la excepción de Messi. 

Pero a pesar de todo, esta eliminación hubiera quedado en poco más que un resultado adverso si no fuera porque el Real Madrid ha ganado cuatro de las últimas cinco Champions. Y esa es la verdadera razón del escozor azulgrana. La Liga y la Copa van a saber a poco. Las cuatro Champions de Messi y compañía están en el olvido y pesan más las últimas del Madrid. Así son en Barcelona.

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