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El atletismo es un deporte muy duro, un deporte de esfuerzo y de continua lucha contra los demás y, sobre todo, contra uno mismo. Los que lo han practicado a cierto nivel saben que las sensaciones cambian de unas horas a otras y lo que hoy te parecía favorable mañana te puede parecer negativo.

Los que me siguen en estos comentarios saben de mi afición por el rey de los deportes (en contraposición, según el dicho clásico, al deporte rey, o sea, el fútbol) y por eso cualquier interpretación que se pueda hacer de estas líneas siempre debe de tomarse en tono positivo y con claro afán de apoyo a este deporte y a sus protagonistas.

Dicho esto, ya se imaginarán ustedes que los tiros van por los recientemente celebrados campeonatos de España en pista cubierta, que tuvieron por escenario la bonita ciudad de Salamanca. Y que sirven de preludio a los campeonatos de Europa, que tendrán lugar el fin de semana del 3 al 5 de marzo en Belgrado.

Todos los que los han (hemos) presenciado se han mostrado muy esperanzados en cuanto al futuro de este deporte en nuestro país. El surgimiento de nuevos valores, la constatación de algún otro y el registro de algunas buenas marcas (con un récord nacional incluido o, mejor marca, como se decía antes), unido a las 44 mínimas que han superado los atletas para el europeo han hecho lanzar las campanas al vuelo, sin término medio.

Hoy habrá otra reunión en Madrid, con lo que las mínimas podrían alcanzar el medio centenar o más, incluso. es de esperar que el Comité Técnico de la Federación Española, normalmente bastante flexible, analice detenidamente las posibilidades de unos y otros para que algunos no tengan que coger el avión de vuelta a las primeras de cambio.

A pesar de la corriente de optimismo, la realidad es otra muy distinta. Todos esos registros de los que hablamos ("mejor marca de la temporada", "tercer mejor crono europeo"...) hay que contrastarlos y la experiencia me dice que hay que ser sumamente cauto porque este deporte nos ha dado muchos 'palos' a lo largo de la historia. La idea inicial de escribir estas líneas fue la de analizar, al menos someramente, la actuación global del atletismo gallego en Salamanca.

Si juzgamos los resultados ha sido bastante pobre porque tan sólo unos pocos atletas (principalmente de la Sociedad Gimnástica de Pontevedra) han estado a buen nivel, entre los que destacamos a Alfredo Salcedo, Ignacio Sarmiento, Iván Blanco y Santiago Ferrer (ganó la pértiga en el héptatlon). El coruñés Javier García (19 años) hizo 6.90 en 60 metros vallas (mejor marca personal), pero fue descalificado en semifinales. Otros como Celia Muñoz también se batió a sí misma dos veces (7.81 y 7.71), protagonizando una de las más prometedoras actuaciones.

El principal pero que podemos poner a la mayoría de estos atletas es que son ya deportistas cuajados, de los cuales, salvo una irrupción tardía, no hay que esperar una inmediata revolución. Pasa lo mismo a nivel nacional porque se oyen voces muy optimistas (sí, hay que animar el entorno) pero todavía quedan marcas vigentes de los años noventa y principios del dos mil.

Finalmente hay que decir que en el medallero la citada Sociedad Gimnástica de Pontevedra ocupó el puesto doce, con tres medallas (una de plata y una de bronce en chicos, y una de bronce, en chicas). Por puntos encabezó la clasificación el Fútbol club Barcelona, con 157,50 puntos (diez y ocho medallas), seguido por Valencia (10 y 8) y Valencia Sports (7 medallas en chicas). Los pontevedreses fueron decimonovenos, con 11 puntos.

Por comunidades autónomas ganó Valencia, con 144,5 puntos, seguido de Cataluña, con 121, y Madrid, con 112,5. Galicia, con 52 puntos, ocupó el puesto noveno con otras regiones como Castilla-León, Andalucía, pPaís Vasco, Castilla-La Mancha y canarias también por delante.

En definitiva, el único mensaje válido es que hay que seguir luchando.

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