Aquellos que se quejaban de la falta de igualdad de la Liga española estarán de enhorabuena, especialmente si lo comparan con lo sucedido en otras competiciones europeas, en las que, a falta de la última jornada, ya tienen decididos los campeones y, en buena parte, también los descensos.
No estaría completo el repaso a las competiciones futbolísticas si no habláramos también de los árbitros, aunque poco nuevo se puede añadir a este capítulo porque la oscuridad sigue siendo su principal característica.
En primer lugar hay que reflejar que los árbitros siguen estando "mudos" para la prensa. Nos sorprenden, de vez en cuando, con alguna entrevista ridícula durante la temporada como las ofrecidas por Undiano Mallenco y Hernández Hernández-, en las que, autorizados por sus superiores, no dejan de decir cuatro tonterías de forma poco sincera antes de los clásicos. Pero nada de hablar de jugadas conflictivas, pudiendo defenderse con su versión ante los medios, como ocurre principalmente en Alemania, donde hablan al término de los partidos y no se cae el mundo.
El ponferradino González González es el árbitro que más partidos ha dirigido esta temporada en Primera División, con 23 actuaciones (103 amarillas y tres rojas). Le siguieron el valenciano Martínez Munuera, con 22 (110 amarillas y 4 rojas), y el murciano Sánchez Martínez, con 21 (100 amarillas y 4 rojas). Encabezando un grupo con 20 actuaciones figura el aragonés Clos Gómez (97 amarillas y 4 rojas), que se retira esta temporada por edad, después de once temporadas en la máxima categoría y al que se le premió con la dirección de la final de la Copa del Rey. Con 20 actuaciones figuran también un grupo de cuatro árbitros más. Mateu Lahoz fue el que menos partidos dirigió, con 16, por lo que seguimos sin saber si se aplicó la "nevera" por aquella presunta sanción a principio de temporada.
Esta cifra de partidos arbitrados no es moco de pavo porque ahora los colegiados son auténticos millonarios del deporte. Tienen un salario de 11.000 euros durante diez meses y cobran 3.700 por partido (los auxiliares, poco más de la mitad), lo que les convierte en verdaderos profesionales, si bien la mayoría conserva otro trabajo paralelamente a su labor como "hombre de negro". A esto hay que añadir las dietas. Así, cualquiera no defiende su parcelita...
Aunque la Liga española ya finalizó hace casi dos semanas, todavía continuamos sin saber qué árbitros descenderán a Segunda, aunque entre ellos ya lo tengan decidido, según esos baremos tan poco claros y de los que nada se sabe hasta que algún trencilla se retira y decide contar algo a los medios de comunicación. De cualquier forma, Undiano, el "árbitro-funcionario", ha pasado a ser quien más partidos ha dirigido en la historia de Primera,308, a la espera de retirarse la próxima temporada, lo mismo que Álvarez Izquierdo y Fernández Borbalán.
Todas esas características que dicen que analizan los "espías" que los siguen (personalidad, físico, disciplina, criterio en las faltas, ley de la ventaja, autoridad, colocación, dificultad del partido y trascendencia de las decisiones) permanecen en segundo plano cuando se pueden observar, como ha ocurrido esta temporada en numerosas ocasiones, jugadas que quedan sin penalizar delante de los propios ojos del juez y que te hacen dudar de verdad de la imparcialidad de estos hombres. Por no hablar de la inexistencia de la tarjeta roja en los primeros tiempos, salvo flagrante infracción, porque antes está quedar bien que aplicar el reglamento.
Para finalizar, hay que hacerle otra vez una petición al Comité Técnico de Árbitros (CTA): que haga la máxima publicidad posible de los cambios normativos ante la temporada próxima. Así llegará al mayor número de aficionados, jugadores y clubes. Aunque estos últimos se quejan de que las explicaciones que los árbitros o sus enviados les dan al principio de temporada nada tienen que ver luego con la aplicación de las normas en el terreno de juego.
Aunque ahora los árbitros sí parecen deportistas porque se cuidan y se mantienen en forma físicamente-, en cuanto a la manera de llevar los partidos y aplicar el reglamento mucho no parece que hayamos avanzado.
