La eliminación de Italia por Suecia para el Mundial de Rusia 2018 ha dejado conmocionado al país trasalpino y, en general, al mundo del fútbol. En los últimos 60 años no había faltado el equipo ‘azzurro’ a la cita con los más grandes.
Italia sólo estuvo ausente en los Mundiales de 1930 y 1958. Ahora lo hará en Rusia porque no ha sabido marcarle un gol a los nórdicos en 180 minutos (por cierto, qué vergüenza de arbitraje de Mateu Lahoz, que se comió no se sabe cuántos penaltis por ambos bandos, por miedo a pitarlos).
A pesar de su fama (merecida) de defensivo, el fútbol italiano siempre ha gozado con la presencia de multitud de jugadores que se podrían catalogar entre los mejores del mundo. En el Calcio han militado nombres como Maradona, Zico, Van Basten, Batistuta, Platini, Luis Suárez (el nuestro), Gullit o Falcao, por citar tan sólo algunos. Y entre los mejores italianos podríamos añadir, por referencias, a Meazza, Altafini o Piola, amén de otros muchos a los que sí recordamos por su gran calidad como Mazzola, Rivera, Facchetti, Riva, Baggio, Causio, Giannini, Del Piero, Zola, Totti o Signori, nombres que no dejan lugar a dudas en cuanto a su protagonismo en la historia del balompié.
Actualmente, el nivel ha bajado mucho hasta los Chiellini, Barzagli, Marchisio, Florenzi, Candreva o De Rossi, que dicen más bien poco a los aficionados. Son gente con buen físico pero con condiciones normales para la práctica del fútbol. Aun así, no vamos a ser cínicos y nadar a favor de corriente, podrían haberse clasificado para Rusia perfectamente, máxime cuando los italianos siempre se han crecido al defender los colores de su selección. Pero lo cierto es que estas últimas generaciones de futbolistas italianos no tienen la calidad de las anteriores y esta eliminación podría ser el principal reflejo de la situación. Ahora no ha podido ser y esto ha sumido en “el apocalipsis” (como decía un periódico del país) a los aficionados al deporte del balompié en Italia, que suelen ser apasionados y exagerados en la mayoría de sus reacciones. La primera víctima ya ha sido el seleccionador.
Y otra vez Suecia es la protagonista. El último Mundial en el que Italia no había participado había sido el de Suecia 1958. Y ahora, otra vez los escandinavos ponen el ‘stop’ a sus rivales en la repesca. Suecia ya ha jugado 10 fases finales de Mundiales, por lo que no se puede decir que sea una selección novata. Sí va a ser nueva la participación para un jugador que siempre la ha reclamado: Ibrahimovic, posiblemente el mejor de la historia de su pais, seguido por aquel excelente larguirucho Ralf Edström, que brilló tanto en México 70 como en Alemania 74, un jugador lento de movimientos pero rápido de ideas y con gran calidad. Luego jugaría en el PSV Eindhoven.
Naturalmente, Suecia no tiene el glamour de Italia ni su historia. Dos antiguos jugadores que triunfaron precisamente en Italia (Nordahl y Liedholm), junto con los citados Ibrahimovic y Edström, amén del exbarcelonista Henrik Larsson constituyen lo más destacado de la historia del balompié del paaís nórdico. No es mucho, como tampoco representa mucho la Liga sueca en Europa, pero ahí están…
Yendo a lo que nos conviene y pensando en el sorteo, a España le vendría bien un rival como Suecia en su grupo porque se puede considerar asequible (a pesar de su reciente hazaña) y porque el balance con ellos se presenta bastante favorable a los españoles a lo largo de la historia. Y todo cuenta…
