Todos estamos felices y contentos porque la competición futbolística ya tiene fecha de inicio: el día 8 o el día 11 de junio o algo así, según versión de Presidencia o de Sanidad. Pero parece que sí comenzará la Liga, igual que en otros países que han optado por días similares mientras quedan pocos indecisos. Y, una vez más, los más espabilados han parecido ser los alemanes, a quienes les faltaban nueve jornadas para concluir la Bundesliga y a los que tan sólo les restarán cuatro cuando el resto del balompié se ponga a andar.
Los clubes germanos iniciaron la reanudación de la competición en la jornada 26 y veinte días después, aproximadamente, está a cuatro de la conclusión. Así, a los equipos más potentes les quedará mucho más tiempo para preparar su intervención en la Champions League, de la que, por cierto, nadie habla con mucha certeza de su vuelta.
Lo más positivo hasta la fecha es que en Alemania no ha ocurrido nada fuera de lo previsto. Las medidas sanitarias que se han tomado se han revelado eficaces para mantener a raya las cifras de la pandemia. Y eso que es inevitable infringir algunos detalles, especialmente en los saludos de los compañeros tras los goles. Pero eso es así y hay que seguir mirando hacia el futuro y no quedarse parado sin tomar ningún tipo de decisión, como parecía que alguno había hecho, provocando la estupefacción de los que actuaban meramente de espectadores.
Poco a poco, las organizaciones deben de ir perdiendo el miedo y autorizar, con toda la “normalidad posible”, la reanudación de sus competiciones así como estudiar algunas de las medidas excepcionales que todavía seguirán vigentes durante la próxima temporada. Tan es así –hay que continuar mirando hacia adelante- que algunas federaciones y algunos clubes han anunciado la celebración de ciertos eventos fuera de fecha. Así, la Vuelta Ciclista a España podría disputarse en octubre o noviembre (aunque más corta) mientras que Roland Garros podría tener el mes de septiembre como marco adecuado para que los más destacados tenistas del mundo vuelvan a reunirse en torno a una competición y a un trofeo.
Como siempre en la vida, unos se sentirán más perjudicados que otros (y lo habrán sido) pero hay que tomar algunas decisiones de calado y los máximos dirigentes habrán de cargar con la responsabilidad de ellas, sean acertadas o no.
