A falta de otras diversiones nos parece muy entretenida la fase previa a la celebración de elecciones en la Federación Española de Fútbol. Hasta ahora solamente hay un candidato: se ha propuesto repetir el actual presidente, Luis Rubiales, cuyo uso del cargo ha provocado una lluvia de opiniones en contra.
El primer nombre que salió a la palestra, para rivalizar con Rubiales, fue el de Iker Casillas, auspiciado por Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional y principal enemigo del máximo mandatario federativo. Si esta opción ya pareció un tanto rocambolesca (Casillas no tiene experiencia directiva y ni siquiera ha reconocido haberse retirado como futbolista), las otras dos ya parecieron convertir el asunto en poco serio.
El siguiente de la lista es nada menos que Mariano Rajoy, expresidente del Gobierno de España, del que dudamos muy seriamente que quiera dar un paso adelante por mucho que le guste el fútbol y por mucho que lo quieran empujar algunos de los amigos/conocidos que lo rodean.
Pero es que el siguiente nombre es el de Albert Rivera, exlíder de Ciudadanos, al que no se le conoce ninguna capacidad de gestión y ni siquiera se sabía qué conocimiento interior tiene del mundo del fútbol.
Lo que sí está claro es que el que está disfrutando con esta situación es Javier Tebas, que está creando toda la inestabilidad que puede en el seno de la Federación Española, con el fin de hacer saltar a Rubiales, quien, por otra parte, ya ha hecho suficientes motivos como para no renovar su cargo al frente del organismo que actualmente preside.
Tanto si alguno de los nombres mencionados como cualquier otro que pueda salir en el futuro está dispuesto a la lucha federativa tiene que saber que la labor no es nada fácil. Rubiales ya se sabe muy bien las triquiñuelas y seguro que luchará sector por sector con el fin de garantizarse cuatro años más en la poltrona.
Rubiales ha pedido que las elecciones se celebren cuanto antes: antes de la Eurocopa y antes de los Juegos Olímpicos.
A él le viene bien apurar las fechas porque así cualquier otro rival tiene menos tiempo de agrupar sus apoyos. Desde luego, el sistema electoral de la Federación Española de Fútbol favorece al que está en la presidencia porque tiene una serie de votos cautivos que pueden hacer decantar la balanza hacia la candidatura oficialista. Y eso es lo que puede echar atrás a más de uno. O Tebas torpedea el sistema con habilidad o lo tiene bastante crudo.
