EL VAR
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EL VAR


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Hasta la celebración de la primera jornada de fútbol en España nadie se había acordado de él. Durante todo el verano, ni se mencionó. Pero ha bastado el arranque de la competición liguera en nuestro país para que todo el mundo eche mano del VAR, que ahora resulta imprescindible para todos. Aunque precisamente en España nos queda para rato hasta poderlo utilizar.

El VAR ("Video Assistant Referee", en su denominación original) es un aparato utilizado durante los partidos para ayudar al árbitro en las decisiones que toma o deja de tomar, aunque siempre la última palabra la tiene el director de la contienda, que tendrá dos opciones: fiarse de los que analizan la jugada polémica o bien consultar con un monitor que se halla en la banda.

En principio, la FIFA ha acordado - ­en los partidos en que se ha sometido a prueba- que el VAR sirva para analizar cuatro apartados: goles, penaltis, tarjetas rojas y aclaraciones de identidad (cuando se confundan los autores de faltas o agresiones, por ejemplo). Hasta ahora, las pruebas realizadas no han obtenido, ni mucho menos, la unanimidad del mundo del fútbol. Pero el sistema va tirando para adelante y esta temporada se ha instalado en las ligas más importantes de Europa, exceptuando la inglesa. Así, cuentan con el sistema en Alemania, Italia, Portugal, Francia y Holanda.

Por ejemplo, este fin de semana pasado su aplicación en Alemania provocó, por ejemplo, que el  partido Bayern Munich-Bayer Leverkusen se parase doce veces por decisión de quienes interpretan el VAR y el árbitro. Esa es la principal queja de sus detractores, la rotura del ritmo del partido aunque  siempre tendrán que elegir entre la preponderancia de una injusticia en el terreno de juego o su  rectificación, aunque sea con algo de retraso.

La pretensión de la FIFA que, tras varios ensayos más, el VAR  se aplique oficialmente en el Mundial de Rusia

Otra cosa –aunque va paralela al VAR- es el “ojo de halcón”, instalado ya en todas las ligas del  continente, incluida la inglesa, en el que funciona desde la temporada 2013-14. Es algo que no  admite dudas pues aclara si el balón traspasa o no la portería de un equipo. Y aunque no hay muchas jugadas de este estilo a lo largo de la temporada, el sistema certifi ca que todos los goles  que se producen en el campo suben al marcador.

Y dejamos para el fi nal a España. Aquí no hay VAR ni ‘ojo de halcón’. Todos coinciden que esta  situación estaba provocada por el empecinamiento de Ángel María Villar, que se negaba a renunciar a parte del poder que tiene sobre los árbitros y sus decisiones. Ahora que Villar está suspendido como  presidente de la Federación Española de Fútbol –Lete, ¿para cuándo su cese?-, no parece que haya nadie que asuma la decisión de instalar un sistema que marcaría época en nuestro país. Sólo faltaría que se rehabilitase a Villar para desatascar la situación. Otra polémica sería la de quiénes analizan las jugadas por televisión y con qué criterios, pero la dejamos para otra ocasión.

Tebas anunció en enero de este año que esta temporada habría VAR, “lo habrá en todas las ligas  europeas importantes”, dijo. Fiel a su línea, se equivocó rotundamente, como también lo hizo cuando  adelantó que se ensayaría en la Copa del Rey de este año. Pero los nuevos métodos ya han llegado al fútbol –“demos la bienvenida a la tecnología sin miedo”, señaló el portero italiano Buffon- y han  venido para quedarse. De hecho, es pretensión de la FIFA que, tras varios ensayos más, el VAR se  aplique oficialmente en el Mundial de Rusia del próximo año 2018. Entonces se preguntarán ustedes  qué va a pasar. Pues lo más probable es que hasta que no se desatasque la situación federativa no  haya nadie independiente para tomar una decisión así. Por lo tanto, que pase el tiempo y ya se  solucionarán los problemas por sí solos, como ocurre en tantas otras facetas de nuestra vida política y social.

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