BUENOS DÍAS
La verdad es que uno se queda perplejo cuando escucha a los protagonistas de la Liga española. Un ejemplo, Luis Enrique decía al terminar el partido del Barcelona en Villarreal (1-1), que las aspiraciones de su equipo de luchar por el título estaban muy lejos, ya que el Real Madrid lleva cinco puntos de ventaja (con un partido menos) en la clasificación.
Si el máximo responsable de uno de los equipos más poderosos del fútbol español tira la toalla de ese modo cuando todavía no ha comenzado la segunda vuelta, me imagino que harán los equipos más pobres de la categoría que están por abajo tratando de asomar la cabeza para no hundirse más en la clasificación. O en el caso del Depor, para no irse más allá, que tiene que afrontar pagos millonarios a bancos, Hacienda y algunos acreedores, obligado a limitar su gasto en la plantilla para cumplir el tope salarial... Vamos, que si un equipo como el Barça a estas alturas habla de haber perdido sus opciones de pillar al otro millonario como el Real Madrid, pues los de abajo mejor que se dejen llevar, porque aquí está todo el pescado vendido...
Me da la impresión que la desigualdad en la máxima competición del fútbol profesional es tan grande, tan gigante, tan insultante por la diferencia de los dineros que manejan los equipos, que creo que la verdadera emoción está en los equipos que luchan para evitar el descenso, ya que los de arriba siguen repartiéndose el pastel.
