Es verdad que el Depor consiguió su objetivo de la permanencia con unos pobres números, una sola victoria lejos de Riazor, 33 puntos en 37 jornadas, amén de exhibir un fútbol rácano y carente de todo sentido. Tampoco es de recibo que se diga que la temporada que este sábado concluye para los blanquiazules se venda como éxito a pesar de mantener el tipo en la élite. Todo eso y todo lo que se quiera, de acuerdo, pero tampoco es el apocalipsis.
Si el martes la Federación de Peñas Deportivistas solicitaba una "regeneración" en el club coruñés, el jueves los Riazor Blues emitían un duro comunicado contra todo: consejo, jugadores, dirección deportiva, etc. Incluso parece que están dispuestos a abandonar sus asientos de general inferior como "medida de protesta".
Muy triste que la permanencia del Deportivo se pueda celebrar en un ambiente enrarecido
Afirmaba en el comentario de este jueves que "cualquier movimiento deportivista tiene la libertad de opinar o sugerir", incluso consideraba que el consejo de administración tampoco debe de hacer oídos sordos a estas manifestaciones. Ahora bien, creo que hay motivos suficientes para celebrar que el Depor siga una temporada más en Primera División. También hay más que suficiente para que los rectores del club tomen buena nota del descontento. Las recriminaciones o toma de decisiones corresponden a la Junta de Accionistas. Ahí sí radica el poder del club.
