Me van a perdonar pero ya no entiendo nada. Que se desplacen hasta la ciudad de A Coruña agentes de paisano y vayan al domicilio de Álex Bergantiños para conducirlo “en calidad de investigado” a las instalaciones de la Policía Nacional en Lonzas me descoloca. Lo siento, no lo entiende ni el apuntador.
Imagino a los agentes viajando de madrugada a la ciudad herculina y pensando cómo sería el chaval que tenían que detener, apresar para declarar ante la autoridad judicial. Creo que fliparían, igual que nosotros. Que la Justicia gaste en semejantes recursos cuando hay otras opciones como la vía telemática o simplemente una llamada para que Álex acudiera por sí mismo hasta las instalaciones policiales. Me da que la ‘señora’ que representa la justicia tiene la venda mal colocada o se le cayó. Tiene que ver fijo a la vista de lo que viene sucediendo en este país.
¿Cómo es posible que se actúe de esta forma tan meteórica por una simple grabación enviada a un grupo en un contexto determinado y no se hiciera contra el que ordenó viajar a un equipo a sabiendas que había contagios exponiendo a toda una ciudad? ¿Quién mide la gravedad? Parece que se olvidaron fácilmente los miles de muertos por la maldita pandemia y se tira el dinero de los contribuyentes en enviar a las fuerzas del orden a detener a un tipo por una simple grabación que, una vez escuchada, no dice nada que no sepamos. Que todo esto es un paripé montado por un señor, con un poder enorme en el fútbol profesional, que maneja muchísimos millones de euros y que hace lo que le sale de sus ‘reales’ impunemente. La tristeza se apodera del deportivismo por la falta de Justicia ante un atropello tan grave, constitutivo de delito por parte de Javier Tebas a un club centenario al que trata de desprestigiar. Y nadie es capaz de enviarle a la Policía.
