CADA vez está más claro que Javier Tebas mintió desde el minuto uno y que conocía de primera mano que el Fuenlabrada contaba con casos positivos en su plantilla y que, a pesar de ello, permitió que el equipo madrileño realizase el desplazamiento a la ciudad de A Coruña poniendo en riesgo la salud pública de aquellas personas que se cruzaron por su camino hasta su llegada al hotel de concentración. Eso, se mire como se mire, es un delito.
La única realidad a día de hoy es que el equipo del Fuenlabrada vive un auténtica tragedia con veintiocho, repito 28, casos de coronavirus entre sus miembros El propio presidente de club, Jonathan Praena, ha reconocido públicamente que “viajaron con conocimiento de la Liga de la situación” y que además lo hicieron sin médico, a sabiendas de que es ilegal hacerlo, ya que sin el galeno en el banquillo no puede jugar ningún partido oficial.
La Fiscalía de A Coruña, con la denuncia del Concello, ya ha abierto diligencias y es probable que los acontecimientos se le escapen de la mano a Javier Tebas, que ya filtró a sus ‘portavoces’ que estaba dispuesto a dimitir por los últimos ataques que viene recibiendo a través de los medios de comunicación y de alguno de los clubes implicados, además del Deportivo.
También es muy probable que Jonathan Praena, presidente del Fuenlabrada, tome la decisión de lavarse las manos y señale a Tebas directamente como el que dio la orden de viajar, porque de esa manera la responsabilidad del club madrileño no sería tan grave.
Este circo montado por Tebas puede tener consecuencias muy graves en el caso de que algún componente de la expedición pueda sufrir consecuencias serias por contraer el virus. Eso puede derivar en que la responsabilidad sea todavía mayor y tengan que actuar los jueces. Al tiempo.
