El futuro del Deportivo, una preocupación
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El futuro del Deportivo, una preocupación


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Estoy muy de acuerdo con Fernando Vidal. Lo que realmente importa en estos momentos es cruzar los dedos, que el equipo reaccione y salvar la categoría. Ya habrá tiempo para marear la perdiz. También para analizar a fondo el acuerdo con Abanca, que ayudará a que la entidad blanquiazul no quiebre.

Me hace gracia, pero mucha, aquellos que siguen en ‘la sombra’ dando lecciones de gestión económica, precisamente cuando ese área fue la que hundió en la miseria al club más laureado de Galicia. Nadie, absolutamente nadie, puede poner en duda que la “fiesta de los títulos” (benditos sean por siempre) tuvieron su coste y que se dio por buena semejante deuda. Otras entidades se endeudaron también hasta las cejas y tienen sus vitrinas vacías de gloria. Incluso hubo algunas que llegaron a desaparecer. Sin embargo, el Depor luce con orgullo dichos logros, amén de codearse con los clubes más grandes de Europa. Así que la deuda está justificada.

Otra cosa es que luego no se supiera gestionarla (está claro que no) y ello nos llevó a un concurso de acreedores que, con el descenso de categoría, se agravó y la pérdida de calidad en la plantilla fue muy evidente, tanto que hubo jornadas de hacer el ridículo en la categoría, tanto como diecinueve partidos sin ganar y que lo hundió en la clasificación.

Por ello, a los tres últimos presidentes hay que calificarlos de “valientes” por haber pillado semejante toro por los cuernos y ponerse al frente de una nave que no para de dar tumbos. Vidal, como último inquilino, tiene todavía mucho más mérito. ¿Por qué? Pues porque el Depor está más deteriorado por la gestión deportiva anterior, en parte por la falta de medios económicos y por la falta de suerte a la hora de confeccionar las plantillas. La realidad actual es simple: salvar la categoría para poner nuevos cimientos para la supervivencia.

El futuro del Deportivo, una preocupación

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