Veremos quién le pone el cascabel al gato. Hay inquietud en todos los clubes profesionales de fútbol, aunque todos los presidentes en principio han seguido la hoja de ruta de Javier Tebas, aunque algún que otro miembro de la patronal empieza a albergar alguna que otra duda si lo deseable es jugar corriendo riesgos.
Cuando LaLiga mandó el mensaje de que compraría test para todo el fútbol, se armó una buena. Tebas lo tenía muy claro, hay ‘caja’ y se lo pueden permitir, pero el presidente del fútbol profesional patinó de lo lindo, porque se olvidó de que el deporte del balompié, muy consentido desde siempre por la Administración, no podía estar por encima de profesionales que trabajan en primera línea y que no tienen de momento acceso a los test, ya que la cifra de contagiados en el sector asciende la cifra de los treinta mil. Muchos futbolistas han puesto el grito en el cielo y no consideran justo que ellos tengan más privilegios que el personal que se dedica a salvar vidas.
Tebas dice que el fútbol se jugará sí o sí, pero cómo se garantiza que no habrá contagios, porque como en un equipo haya un solo infectado en el vestuario el protocolo está muy claro: todos de cuarentena durante quince días. El debate está abierto y Sanidad insiste en que no habrá fútbol sin garantías. Es lo que hay.
