El extraordinario 2020 requiere medidas singulares. También en el ciclismo, blindado contra el coronarivus desde que se reanudó la temporada allá por el mes de agosto. En plena segunda ola de la pandemia arranca la Vuelta a España más incierta: un martes de otoño y a puerta cerrada.
Con los ejemplos del Tour –sin positivos en el pelotón– y el Giro –nueve contagios por ahora–, la ronda española se dice lista para la salida de hoy desde Irún. La caravana de carrera, que moverá a miles de personas por toda España, pasará por localidades bajo un estricto régimen de confinamiento, una paradoja en estos tiempos extraños.
La burbuja no es perfecta, pero la rueda sigue y la Vuelta no quiere ser menos. Se adaptó a un calendario comprimido y cerrará la temporada de la pandemia con cambio de hora incluido y la amenaza del frío otoñal y la nieve en las etapas de montaña.
El recorrido contará con 2882 kilómetros por el norte de la península repartidos en 18 etapas, tres menos que en el diseño original tras la cancelación de la salida en los Países Bajos. Seis llegadas en alto y la novedosa contrarreloj con final en el Mirador de Ézaro marcan un trazado para escaladores.
Arrate, lugar de culto
La Vuelta se inclina hacia arriba desde el primer día con una etapa que termina en el Santuario de Arrate, lugar de culto en el ciclismo vasco y el calendario amateur nacional. Sin respiro, la segunda acaba en Lekunberri después de pasar por San Miguel de Aralar y la tercera acoge el inédito final en alto de la Laguna Negra.
Los velocistas tendrán su oportunidad en Ejea de los Caballeros y, tal vez, en Sabiñánigo, si los cazaetapas lo permiten. La primera semana termina con una jornada de verdadera montaña en los Pirineos: 136,6km entre Biescas y el mítico Tourmalet, gran coloso del Tour que debuta en la Vuelta como final de etapa. El diseño incluye también el Portalet y el Aubisque.
La montaña asturiana
La relación de la Vuelta con Asturias es muy sólida, tanto que la ronda española es fiel al Principado desde 2010. Y en la segunda semana su presencia será otra vez decisiva con dos etapas clave. Antes aguardan una jornada con final en Villanueva de Valdegovía y doble paso por Orduña, la desconocida subida al Moncalvillo y dos días para hombres rápidos o aventureros camino de Aguilar de Campoo y Suances.
El segundo fin de semana de se presume clave para la lucha por la general en la montaña asturiana. El sábado 31 de octubre aguardan cuatro puertos de Primera: la Colladona, la Cobertoria, San Lorenzo y el final en la Farrapona. Y el domingo 1 de noviembre, más madera: la Mozqueta, el Cordal y el terrible Angliru.
Descanso en A Coruña
La contrarreloj del pasado Tour con final en La Planche des Belles Filles inspiró a la Vuelta en el diseño de su crono larga: 33,7km con llegada cuesta arriba, concretamente en el Mirador de Ézaro, un muro de 1800 metros al 14,8% de pendiente media y con rampas que se acercan al 30%. Su influencia en la general se antoja muy importante tras el descanso en A Coruña.
La carrera aprovecha la orografía de Galicia para ofrecer dos jornadas rompepiernas, las dos más largas del recorrido: la 14ª, entre Lugo y Ourense, que se asoma a la Ribeira Sacra, y la 15ª, de Mos a Puebla de Sanabria, ya en Zamora. La media montaña camino de Ciudad Rodrigo y, sobre todo, el final en La Covatilla definirán el podio final antes de Paseo de la Castellana.
El trazado no admite dudas: para ganar la Vuelta hay que subir. Y mucho. En la nómina de favoritos hay una pléyade de buenos escaladores y algunos de los mejores vueltómanos de la actualidad.
Jumbo contra Ineos
Con el dorsal 1, el vencedor de la última edición Primoz Roglic regresa tras su sonada derrota en el Tour. Centro de todas las miradas, ha declarado públicamente que mira hacia el futuro y no descarta ponerse al servicio de Tom Dumoulin.
El Jumbo presenta el bloque más potente. No se queda atrás el Ineos: en la despedida de Chris Froome, doble ganador y que reaparece en una grande tras su caída en 2019, Richard Carapaz es el hombre fuerte del equipo e Iván Ramiro Sosa, la segunda baza.
El Movistar se muestra confiado en la carrera de casa y alinea a su tridente: Enric Mas, Alejandro Valverde y Marc Soler, las bazas españolas. Daniel Felipe Martínez, Aleksandr Vlasov, Guillaume Martin o Thibaut Pinot son otros nombres a tener en cuenta. ¿Quién se llevará la Roja?
