En el año 2008, cuando pocos advertían la fortaleza de España en una disciplina como el bádminton, Carolina Marín se recuerda frente al televisor. El cambio horario con respecto a Pekín le obligaba a despertarse de madrugada para ver a Yoana Martínez y Pablo Abián cumplir su sueño olímpico.
Ahí empezó la onubense a imaginarse victoriosa en el evento “más importante y más especial en el que un deportista puede competir”, según aseguró.
A un año de los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que aspira a revalidar el oro logrado en 2016 en Río de Janeiro, Carolina Marín reconoció que ese torneo es su motor.
“Sé que voy a llegar, más que nunca, en mi mejor estado de forma. Habiendo conseguido la medalla de oro en Río, en los Juegos Olímpicos de Tokio no tengo otra duda que ir a por otra medalla de oro”, dijo.
Ese reto fue lo que le hizo mantener su motivación durante este confinamiento. También ahora, que ya lleva dos meses y medio pudiendo entrenar con normalidad, se despierta día a día con el propósito de convertirse en “la mejor jugadora de la historia”, después de haber logrado tres títulos mundiales y cuatro títulos europeos, más allá del oro olímpico.
Precisamente, rescata la celebración en Río de Janeiro como el momento más especial vivido en unos Juegos.
“Recuerdo cuando abracé a mis entrenadores y luego abracé a mis padres, que estaban en ese momento viéndome en la grada del pabellón”, aseguró. En Tokio se imagina “volviendo a conseguir otra medalla de oro y disfrutándola más”. “Seguramente sería más especial, por dedicársela a una persona que en ese momento no va a poder estar en los Juegos Olímpicos viéndome”, abundó la jugadora andaluza. l