El Tour de las dudas y la burbuja
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El Tour de las dudas y la burbuja

El Tour  de las dudas y  la burbuja
El equipo Ineos, que cuenta en sus filas con el vigente campeón, el colombiano Egan Bernal, en un entrenamiento realizado ayer | efe

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Se ha hecho de rogar, pero el Tour ya está aquí, con sus dudas, sus certezas y su burbuja, como mandan los protocolos en tiempos de pandemia. No se paraba la carrera ciclista más grande del planeta desde la Segunda Guerra Mundial hasta que llegó el coronavirus. Ya no será en julio, como cada año, con la canícula y las carreteras llenas, pero será, que no es poco. Mañana dará comienzo en Niza una excepcional 107ª edición sin público y bajo  estrictas medidas de seguridad para evitar los contagios.

La COVID-19 amenaza en cada esquina y el ciclismo no es precisamente el mejor deporte para mantener las distancias. Nadie sabe qué decisión tomará la organización del Tour si durante la competición se producen casos positivos. Ayer mismo, el equipo Lotto Soudal mandó para casa a dos miembros de su ‘staff’ técnico por dos resultadods dudosos en los tests. Si el ‘bicho’ lo permite, el pelotón cruzará Francia en sentido de las agujas del reloj para terminar en París el 20 de septiembre.

El mapa de la carrera pasa por los cinco sistemas montañosos del territorio galo: los Alpes, por partida doble, el Macizo Central, los Pirineos, el Jura y los Vosgos. El diseño favorece a los escaladores y desprecia la contrarreloj, disciplina antaño decisiva, hoy ridiculizada. Concentrados en la 20ª etapa, solo hay 36 kilómetros de lucha individual y, para colmo, los últimos seis son cuesta arriba en las rampas de La Planche des Belles FIilles.

La cronoescalada se antoja como la última oportunidad para luchar por el maillot amarillo, pero la batalla entre los hombres fuertes de la general empezará más pronto que nunca. La salida desde Niza guarda una 2ª etapa en los Alpes Marítimos con 3700 metros de desnivel positivo, carreteras estrechas y descensos peligrosos. No es el sitio para ganar el Tour, pero algún favorito podría perderlo.

En la 4ª etapa espera el primer final en alto en Orcières-Merlette, puerto sin grandes pendientes pero que evoca al ataque de Luis Ocaña a un intocable Eddy Merckx en 1974. Y en la sexta, el inédito y exigente Col de la Lusette anticipa una llegada también cuesta arriba en el suave Monte Aigoual, tan suave que no tiene ni categoría. Antes del primer día de descanso, la cosa se pone seria con jornadas en los Pirineos:  la 8ª, con el clásico encadenado de Balès y Peyresourde, y la 9ª, con el desconocido Hourcère muy lejos de meta y la Marie Blanque en el tramo final.

Tras el descanso, los escaladores tienen marcada en rojo una peligrosa etapa en la costa del Atlántico con meta en la Isla de Re, sinónimo de viento y, ojalá, de abanicos. La carrera vira del Oeste hacia el centro del país con una nueva llegada exigente en el novedoso Puy Mary la 13ª etapa y una jornada rompepiernas en la 14ª camino de Lyon, ambas en el Macizo Central.

En la 15ª, día grande con el Grand Colombier, la cima más mítica del Jura y que separará el grano de la paja en la lucha por la general. En la última semana esperan tres etapas en los Alpes y, en particular, la jornada reina en la 17ª: el menú incluye una vertiente inédita de la Madeleine y el interminable Col de la Loze, un puerto asfaltado exclusivamente para el Tour y la práctica del ciclismo.

Con el empacho de montaña los principales candidatos al amarillo son a su vez los más sonados escaladores del pelotón mundial. Encabeza la lista el colombiano Egan Bernal, último ganador, llamado a marcar una época, pero que llega con dudas tras su abandono en el Dauphiné. Partirá como el líder del poderoso Ineos Grenadiers (antes Sky), que no alinea a Froome ni a Thomas, pero sí a Richard Carapaz, el ganador del último Giro, y al prometedor Pavel Sivakov.

El antídoto de los Ineos y de Bernal se llama Jumbo-Visma y tiene a varias cartas para jugar, como ya demostraron en los tests previos al Tour. Destacan Primoz Roglic, otra incógnita por su caída en el Dauphiné, y Tom Dumoulin, de menos a más.

La gran esperanza francesa es Thibaut Pinot, las opciones españolas pasan por Mikel Landa y Enric Mas y el ‘sueño amarillo’ de Nairo Quintana parece difícil tras una caída mientras se entrenaba en Colombia. Otros ‘escarabajos’ como Miguel Ángel López, Daniel Felipe Martínez, Sergio Higuita, el prometedor esloveno Tadej Pogacar o el sólido alemán Emanuel Buchamm son otros nombres a tener en cuenta.

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