El Real Madrid se mide hoy al CSKA Moscú en un partido en que estará en juego el liderato de la Euroliga y en el que tras las dos últimas derrotas, ante el Olympiacos y el Barcelona, pasará una especie de ‘prueba del algodón’.
Los enfrentamientos ante el CSKA siempre tiene un halo especial, son un clásico europeo desde hace casi 60 años y que ambos equipos ocupen el liderato, junto al Fenerbahce, no hace sino fomentar el interés.
Los dos equipos están plagados de estrellas, son los dos mejores anotadores de la competición y el espectáculo está garantizado. Todavía no se ha llegado al ecuador del calendario y, por tanto, todavía no será decisivo, pero cuando dos pesos pesados se enfrentan el partido nunca es intrascendente.
El CSKA es un cuadro en que los tiradores tienen permiso para lanzar en cualquier circunstancia, aprovechando el juego que generan De Colo y Sergio Rodríguez. Sus pívots no son especialmente altos, casi al contrario, pero son atléticos, fuertes, ágiles y rápidos. Una circunstancia que se sale de la normalidad y a la que hay que adaptarse en los partidos.
El Madrid es conocedor de todas estas circunstancias y sabe lo que hay que hacer para intentar la victoria. “Ser competitivos en las situaciones que son fundamentales como el rebote, no hacer perdidas y el uno contra uno”, porque a partir de ahí generan su juego”, dijo Pablo Laso.
