El Basquet Coruña regresa mañana a la acción, a las 20.00 horas en Lleida, donde tratará de lograr un triunfo que certifique su permanencia, tras la dolorosa derrota ante el Amics Castelló del pasado viernes en el Palacio de Riazor.
“Es difícil comenzar semanas así, nunca había vivido algo parecido a lo del viernes y lo sentimos mucho por la afición. Los jugadores son conscientes de por qué pasó, aún no se les han borrado de la cabeza”, indicó Gustavo Aranzana.
El técnico naranja no eludió los motivos que les llevaron a desperdiciar una ventaja de 21 puntos con menos de siete minutos por jugarse ante el conjunto levantino.
“Creo que la explicación hay que darla, sería poco correcto no hablar solo del Lleida. Cuando se piensa más en el yo que en el colectivo pasan esas cosas. En un momento desconectas, partido ganado y el otro equipo no pierde la fe”, subrayó.
“Entramos en una dinámica en la que cada uno hizo lo que le dio la gana, después de 33 minutos magníficos. El baloncesto es así de caprichoso, cruel y maravilloso”, matizó Gustavo Aranzana.
El veterano técnico considera que cometieron “el pecado de la soberbia, y hay que pedir perdón. La afición no lo merecía. Pero ahora hay que ganar en Lleida; quedan tres partidos y hay que intentar llegar a las catorce victorias. La exigencia tiene que ser máxima”.
Sobre cómo afrontan el encuentro de Barris Nord, Aranzana indicó que “los jugadores quieren quitar la imagen del otro día. El Lleida se está jugando los playoffs y la victoria es muy importante, pero para nosotros también. Tenemos muchas opciones de salvarnos, pero no queremos depender de los demás. El partido será difícil. Ellos pasaron un bache pero han incorporado jugadores nuevos. Tendremos que competir 40 minutos, querer ganar y brindar el triunfo, porque estamos en deuda”, concluyó Aranzana.
