Anabel Medina aún no ha dicho adiós a su carrera profesional, aunque su lesión de hombro le ha permitido durante el último año dirigir el torneo Ciudad de Valencia y ser la entrenadora de la vigente campeona de Roland Garros, Jelena Ostapenko; lo que le ha abierto un abanico de posibilidades de cara a un futuro próximo que decidirá a final de año.
La tenista campeona de once títulos individuales y plata olímpica en dobles, modalidad en la que también ganó dos veces Roland Garros, comentó entre risas que, aunque parece complicado sacar tiempo para todo, aprovecha los viajes y los torneos para trabajar en todas estas facetas y que cuando acabe la temporada decidirá qué hacer el próximo año.
"No tengo ni idea de lo que haré, tengo en mi vida un montón de interrogantes abiertos y creo que cuando acabe la temporada me iré a una playita a ponerme a pensar qué es lo que quiero realmente para el futuro, si la faceta como entrenadora, jugar, porque tengo ránking protegido por la lesión del hombro, o no hacer nada. Necesito tiempo para pensarlo y ver lo mejor para mi futuro", explicó.
La lesión de hombro que le ha mantenido inactiva como jugadora desde hace casi un año le ha permitido probar como entrenadora de la letona Ostapenko, una de las revelaciones de la temporada tras ganar Roland Garros con 20 años, y reconoce que le está cogiendo el gusto a esta nueva faceta.
"Me esta gustando mucho ser entrenadora, es algo que me genera inquietud, que me gusta. Junto con Gonzalo (López), que es mi entrenador de toda la vida y es un hombre que se ha fijado muchísimo en lo que es la técnica y el trabajo en equipo, he aprendido mucho y es lo que estoy tratando de transmitirle a Jelena", indicó.
"De momento me está gustando mucho, no me siento rara, no es un mundo en el que sienta que esto no es para mí o no soy capaz de transmitir lo que siento. Creo que es algo que se me da bien y tengo en cuenta ejercer de entrenadora, aunque no por mucho tiempo porque llevo muchos años viajando y tampoco querría estar hasta los 50 años viajando, pero sí dedicarle un tiempo al tema de entrenadora", agregó Medina, profesional desde 1998.
Pese a estas afirmaciones, Medina señaló: "Cuando acabe la temporada hay que sentarse y ver qué es lo que quiere ella y qué es lo que quiero yo, pero no es una decisión fácil porque si me dedicase a ella por completo tendría que retirarme del tenis y realmente querría retirarme de una manera bonita, que es jugando en un torneo como puede ser Madrid o aquí en Valencia".
"Mi lesión está en 'stand by', está mucho mejor. Tuve un problemilla que los médicos llaman 'hombro congelado', pero una vez solucionado, al empezar la faceta de entrenadora, he parado un poco lo del hombro. No me está dando problemas, pero en estos momentos no le estoy dando el cariño que necesita", indicó.
Anabel aseguró que Ostapenko es un diamante en bruto pero matizó que debe madurar, ya que es muy joven, y saber lidiar con la nueva situación que supone jugar con la presión de ser una ganadora de Grand Slam.
"Es una jugadora con un potencial altísimo, ya ha demostrado que con confianza es capaz de ganar cualquiera y ya ganó Roland Garros. Lo que le falta es madurez porque tiene 20 años. Tiene que asumir lo que ha hecho, que ha sido increíble, y asumirlo requiere un tiempo, una adaptación. Pasa de no ser importante a serlo, ahora la presión es diferente. Antes no la tenía y ahora la tiene toda. Tiene que saber gestionar esa situación", comentó.
Medina presentó la segunda edición del torneo Ciudad de Valencia, del que es directora, una faceta para la que se preparó, aprovechando su lesión, realizando un curso de gestión y dirección de eventos deportivos, y con el que ha visto cumplido el sueño de organizar un torneo en su tierra.
"Tenemos que ir trabajando en la línea que lo estamos haciendo. Hacer un torneo es muy difícil, estamos viendo la dificultad que tiene por el tema de los patrocinios, encontrar la financiación para organizar un torneo bueno es algo muy difícil", relató.
"Nosotros vamos con calma, esto no es un esprint de 100 metros, queremos ser un torneo sólido, histórico, que dentro de 15 o 20 años se siga hablando de él y no sea un torneo que en tres años haya que finalizarlo. Hay que ir despacio para hacer un buen torneo, que sea referente a nivel mundial, que ya lo está siendo porque hemos recibido felicitaciones de todas partes, y seguir trabajando para ir subiendo la categoría", concluyó.
