Inglaterra logró en Twickenham ante Gales (33-30), la vigente campeona, una victoria imprescindible para seguir aspirando al título, aunque sigue dependiendo de Francia, única selección que ha ganado todos sus partidos hasta el momento.
Necesitaba el XV de la Rosa vencer. No falló. Dos ensayos, de Anthony Watson (minuto 3) y Elliot Daly (31), y los lanzamientos a palos de Owen Farrell allanaron el camino en la primera mitad (20-9), en la que fue superior a los galeses, que solo pudieron responder con tres patadas (dos de Leigh Halfpenny y otra de Dan Biggar).
Aunque la segunda mitad comenzó de forma inesperada, con un ensayo para el XV del Dragón de Justin Tipuric a los pocos segundos, convertido por Biggar (20-16), Inglaterra no dio opción a la remontada. Presionó constantemente y rápidamente volvió a abrir el margen con dos golpes de castigo de Owen Farrell y George Ford (26-16).
Los hombres de Eddie Jones desgastaron constantemente a los galeses, que no tuvieron recursos en ataque para forzar la máquina y en defensa sufrieron mucho. Un ensayo de Manu Tuilagi tras un largo ataque y la conversión de Farrell sentenciaron la contienda antes de llegarse al tramo final (33-16, m.61).
Aun con el partido perdido, los galese mostraron su orgullo y quisieron morir con las botas puestas. Inglaterra defendió con todo, incluso en inferioridad numérica –Ellis Genge se tuvo que ir con amarilla en el minuto 72 y Tuilagi en el 74 con roja–. El XV del Dragón aprovechó ese resquicio para darse la satisfacción de cerrar el partido con dos ensayos, de Biggar y de Tipuric, este con el tiempo cumplido, que maquillaron el marcador, pero que no impidieron el triunfo vital del XV de la Rosa, que además se hizo con la Triple Corona.
