La Vuelta (VII): La historia interminable
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La Vuelta (VII): La historia interminable

La Vuelta (VII): La historia interminable
GRAF3468. MAS DE LA COSTA (CASTELLÓN), 30/08/2019.- El ciclista murciano del equipo Movistar y campeón del mundo, Alejandro Valverde, a su llegada a meta, donde se ha proclamado el vencedor de la séptima etapa de la Vuelta a España 2019, con salida en

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En 2003 se desintegró el transbordador espacial Columbia, murió la oveja Dolly y estalló la guerra de Irak; Alonso logró la primera victoria española en la F1 y Schumacher conquistó su sexto título universal; Armstrong ganó el quinto Tour de los siete que luego le quitaron y Astarloa se vistió el maillot arcoíris en Hamilton (Canadá).

En aquel Mundial se colgó Valverde su primera medalla (plata) después de lograr el primer triunfo de su carrera en la Vuelta. Fue un 14 de septiembre. Casi 16 años después y con el arcoíris sobre los hombros, lo ha vuelto a hacer. Suma 13 parciales en la ronda española (solo le supera el inalcanzable Delio Rodríguez con 39) y 128 éxitos en un palmarés colosal. Es la historia interminable.

La longeva trayectoria de Valverde se merece un estudio minucioso. Pasó a profesionales en 2002 y a sus 39 años sigue entre los mejores. Capaz de ganarle una etapa de montaña al mejor Armstrong o al mejor Froome, en un sprint a Freire o de amenazar el récord de Merckx en las Ardenas, el campeón del mundo burla el paso del tiempo. Con una temporada más de contrato, sueña con el oro olímpico en Tokio y antes, ¿por qué no?, con subirse a lo más alto del podio en Madrid, como ya hizo en 2009: “Ganar la Vuelta diez años después sería la leche”, exclamó.

El murciano, de paso, zanjó el debate del liderazgo en el equipo Movistar después de las críticas en el Tour y su movimiento el pasado miércoles en Javalambre, tirando mientras Quintana cedía por detrás. “No hay problemas entre nosotros. Hubo controversia sobre si yo había tirado de Roglic, pero si no llevase a López delante, no habría tirado. Tenemos dos victorias de etapa y estamos delante en la general, no podemos pedir más”, aclaró.

Nairo, que cedió tiempo en el primer final en alto, se mostró ayer recuperado y con mucha fuerza en Mas de la Costa, una subida imposible, de solo cuatro kilómetros, pero con un 12% de pendiente media y rampas que superan el 20%, una auténtica pared. El colombiano, ganador de la segunda etapa en Calpe, asumió el mando tras el gran trabajo del Movistar para tumbar la fuga del día. Aceleró en la ascensión final una, dos y tres veces el Cóndor, quitándose de encima el estigma de chuparruedas.

Cosa de cuatro

La Vuelta es cosa de cuatro. O eso parece tras las ocho primeras etapas y tres finales en alto. Aguantaron el ritmo de Quintana su compañero Valverde, el favorito Roglic, que espera la contrarreloj de Pau para dar un golpe a la general, y Superman López, que se vistió de rojo líder por tercera vez en la carrera. Las renuncias y los caídos han aclarado la lucha por el podio. Los Majka, Pogaçar, Chaves, Kelderman o Aru parecen uno o dos escalones por debajo del póker de favoritos.

El campeón del mundo aprovechó el trabajo de Nairo, tomó el mando en el último kilómetro del puerto y aceleró en los metros finales. Pocos en el pelotón le pueden seguirle en esas condiciones. Resistió como pudo Roglic, que entró a su rueda. Seis segundos después cruzó la meta la pareja colombiana. En la general, los cuatro están en un pañuelo. De López a Quintana solo hay 27 segundos.

El curioso caso de Alejandro Valverde pasa un capítulo más. Y no será el último, seguro. Hoy espera una jornada de transición en territorio catalán, con algo de picante con la subida al Monasterio de Monsterrat y un final en Igualada que pica ligeramente hacia arriba. Los hombres de la general ya piensan en la jornada de mañana, la de los Pirineos andorranos, con cinco puertos de alta montaña en solo 94 kilómetros.

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