El Estudiantes consiguió la permanencia matemática tras vencer al Obradoiro –que se jugará la salvación en 40 minutos–, en un partido en el que Gentile abrió el camino y Brizuela lo cerró anotanto los últimos nueve puntos.
Estudiantes comenzó muy bien (12-3), mientras que en el Obra solo funcionaba Vasileiadis. Así las cosas, los primeros diez minutos concluyeron con un claro (24-13).
Pero en el segundo cuarto, el Obradoiro mejoró en el tiro y el Estu bajó sus prestaciones, sobre todo en defensa, con lo que el marcador se equilibró hasta el 42-39 con el que se llegó al descanso.
El parón le sentó bien a los colegiales, que salieron con renovados bríos (53-46). Pero los fallos locales desde el arco y la lucha de los visitantes hicieron que el partido volviera a igualarse (58-54). Y que a falta de 25 segundos para el final del tercer cuarto, el Obradoiro tomara el mando (63-65).
Con el marcador en contra, el dramatismo se instaló en el Estudiantes (68-73). El Obradoiro, ya con la velocidad de crucero en cuanto a efectividad en los lanzamientos desde la larga distancia, se resistió a abandonar la delantera en el marcador.
Brizuela fue el héroe de la reacción final con un mate a falta de 2:22 para la conclusión que significó el empate a 76 y con una bandeja a 71 segundos para poner el 78-76.
La guinda del escolta fue un triple a 37.6 segundos para dar al Estudiantes cinco puntos de ventaja (81-76) que le darían una salvación que el Obradoiro deberá ganarse en la última jornada, en pugna indirecta con el Gipuzkoa, que recibe al Real Madrid, mientras que el equipo gallego hará lo propio con el Barcelona.
