Ayudado por el frío ambiente reinante en el pabellón de Mealhada, que apenas registró un cuarto de entrada, así como por la actitud del equipo portugués, que nunca pareció creer en la remontada, España volvió a demostrar con el gol de Anna Casarramona el porqué de su condición de mejor selección del mundo.
Superioridad que las de Ricardo Ares ya habían exhibido el 13 de octubre cuando los destrozos provocados en el pabellón por el paso del huracán Leslie obligaron a suspender el encuentro cuando faltaban 105 segundos pore jugarse.
La suspensión dio paso a una larga espera de 19 días, plagada de decisiones surrealistas, que llegó ayer a su fin de la manera más previsible.
Las sospechas sobre una posible encerrona se despejaron cuando la bola comenzó a rodar. Ni el ‘booling’ neutral con que dio inicio a la reanudación, pese a que España estaba en posesión de la bola cuando el partido se tuvo que aplazar, alteró el pulso de las de Ares.
Cuando todo hacía presagiar la búsqueda de un eterno rondo con el que consumir el tiempo, España sorprendió con pases rápidos y largos en busca del gol que sentenciara la victoria, aunque el empate le bastaba para coronarse.
La fórmula no funcionó a la primera, lo que posibilitó que Portugal dispusiera de una clara oportunidad, que desbarató Laura Vicente con una excelente parada España no cambió su guion y la estrategia funcionó a falta de 30 segundos, cuando Portugal cometió su décima falta, que Anna Casarramona convirtió en el 2-4 para certificar el quinto título continental seguido.
