El Tour rompe con su historia
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El Tour rompe con su historia

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Este no es el Tour, me lo han cambiado, debieron pensar algunos de los ciclistas que asistieron a la puesta de largo  de la próxima edición. La gran ronda francesa ofrece en 2020 un menú para escaladores: empacho de montaña ya desde la primera semana y una contrarreloj individual con final en alto. La carrera adelanta sus fechas para no coincidir con los Juegos Olímpicos de Tokio: partirá de Niza el 27 de junio y terminará en París el 19 de julio.

La salida desde la capital de la Costa Azul ofrece un exigente segunda etapa en los Alpes Marítimos, de recorrido clásico en la París-Niza y con las subidas de Colmiane (16.3km al 6.2% de pendiente media), Turini (14.9km al 7.3%) y Èze (7.8km al 7%). No es un día para ganar el Tour, pero alguno de los favoritos podría perder todas sus opciones.

Dos días después llega el primer final cuesta arriba en Orcières-Merlette (7.1km al 6.7%), una subida conocida por el ataque de Luis Ocaña al campeonísimo Eddy Merckx en la edición de 1971.

En Gap, a las puertas de los Alpes, el pelotón tomará rumbo al al sur hacia los Pirineos, aunque con una parada en el inédito Monte Aigoual (8.3km al 4%), precedido por el desconocido del Col de la Lusette (11.7km al 7.3%).

Después, dos jornadas de montaña en la cordillera que separa Francia de España. El sábado 4 de julio, típico encadenado de Balès (12.2km al 7.7%) y Peyresourde (9.7km al 7.5%) antes de bajar a Ludenvielle, y el domingo 5, la Hourcère (11.1km al 8.8%) y Marie Blanque (7.3km al 8.8%), con llegada en Laruns también después de un descenso.

Un largo traslado y la primera jornada de descanso darán paso a una etapa peligrosa en el oeste, de la Isla de Oléron a la Isla de Ré en la que podría soplar un fuerte viento, factor que siempre da mucho juego.

Tras el paso por Sarran, localidad donde nació el expresidente Jacques Chirac, recientemente fallecido, aguarda el tercera llegada en alto, en el volcánico Puy Mary (5.4km al 8.1%). Camino de los decisivos Alpes, el pelotón tendrá que hacer una primera visita al Jura con un bonito encadenado y final en el Grand Colombier (17.9km al 7%).

La tercera y última semana guarda el tríptico alpino, que empieza por Villard-de-Lans después de superar Porte, Revel y el desconocido Saint-Nizier-du-Muocherotte. Un día después, la etapa reina de esta edición con el impresionante Col de la Loze (21.5km al 7.8%) en Méribel, asfaltado solo para la práctica del ciclismo y que acoge la meta a 2.304m de altitud. Para despedir los Alpes, el ‘sterrato’ del explosivo Gliéres (6.1km al 11%) antes de afrontar la exigente contrarreloj con final en La Planche des Belles Filles (7km al 8.7%), de vuelta en el Jura, última batalla por el amarillo a un día de París.

Sin Tourmalet, Alpe d’Huez, Galibier o Mont Ventoux por primera vez en el siglo XXI, el Tour rompe con su historia y con el tradicional equilibrio entre montaña y contrarreloj.

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