La defensa y los triples de Kyle Kuric (4 de 7) anularon el talento del Real Madrid en el Palau Blaugrana, donde el Barcelona confirmó su buen momento de forma con un triunfo de prestigio que le permite situarse como líder en solitario.
El equipo azulgrana apretó las tuercas atrás en el último cuarto, cuando Kuric, desde el perímetro, y un hiperactivo Pierre Oriola sentenciaron al vigente campeón de Europa con un parcial de 23-10. El resultado se explica con los 69 puntos que anotó el Madrid, en el que sólo Carroll (12), Campazzo (10) y Taylor (10) alcanzaron la barrera de los 10 puntos.
La igualdad reinó en el primer tiempo con cada equipo explotando sus puntos fuertes. El Barcelona empezó intenso en defensa, dominando el rebote ofensivo, controlando los tiros exteriores de Carroll y buscando a Tomic en la zona.
Parcial recuperador
Despertó el Madrid con su mejor arma: los triples, abrió hueco (24-33). Pidió tiempo muerto Pesic y su equipo reaccionó, en parte, por la entrada del cinco inicial. Un triple de Heurtel fue el inicio de un parcial de 13-0 que mandó el clásico al descanso con 39-34.
Tras la reanudación, Carroll apareció desde el perímetro para devolver el mando al Madrid (44-48). Pidió tiempo muerto Pesic y, esta vez sí, la segunda unidad respondió.
Desde la defensa, Barça volvía a comandar el partido (56-52). El ritmo era frenético y Ayón y Taylor dejaban el partido abierto de cara a los últimos diez minutos (63-59).
Muchos nervios sobre el parquet en el inicio del acto final, y eso benefició al Barcelona que, intenso en defensa, castigó al Madrid desde 6.75 con tres cañonazos de Kuric y Oriola (74-64). Paró el partido Laso y dio entrada a Tavares y a Randolph. Sin acierto exterior, el equipo blanco se topó con un extramotivado Oriola que ampliaba la renta.
Kuric se sumaba a la fiesta desde la larga distancia y, con otro triple, dejaba el partido visto por sentencia a 2:57 para el final (81-64) completando un parcial de 18-5. En el Real Madrid, solo Campazzo dio la cara en un último cuarto frustrante para los visitantes, que se dejaron el liderato en casa del eterno rival.
