Fernando Alonso, bicampeón de F1, está habituado a competir con coches ganadores, a los que sabe sacarles el máximo partido, y su estreno en el Dakar no será menos, pues se estará al volante del Toyota Hilux, el todoterreno que ganó la última edición del raid.
En el 4x4 de la marca japonesa Alonso tendrá a su disposición un vehículo con una ingeniería casi igual de sofisticada que los monoplazas de la F1, producto de una inversión millonaria para desarrollar el mejor coche de su especie en los raids. Gracias a ese trabajo, Toyota pudo al fin ganar el Dakar el año pasado, con el qatarí Nasser Al Attiyah.
El único coche que le puede hacer sombra al Hilux es el Buggy Mini, que pilotan Carlos Sainz, dos veces campeón del Dakar, y el francés Stéphane Peterhansel, trece veces ganador, de ellas seis en motos y siete en coches.
El ‘arenero’ de Mini se impulsa con las ruedas traseras, lo que lo hace más propicio para las dunas. Además tiene un sistema de hinchado y deshinchado automático de las ruedas que le permite adaptar la presión de sus neumáticos a cada terreno, algo que no tiene el Hilux, que debe salir a cada etapa con una presión predeterminada para todo el día. Sin embargo, fallos en este sistema terminaron condenando al buggy en el último Dakar.
Con estas características, el Toyota que llevará Alonso tiene mejor rendimiento que el buggy de Mini en pistas rápidas, más propias de rally, pero también es capaz de plantarle batalla en las dunas cuando a su volante hay una especialista de la arena como Al Attiyah. Por lo que se conoce hasta ahora, el terreno de este primer Dakar en Arabia Saudí tendrá mucha arena, pero no tanta como se esperaba, ya que la primera semana habrá más rutas pedregosas que le pueden venir bien al todoterreno de Toyota y sacar ventaja para la segunda semana, donde llegará la arena y el polvo.
