La semana pasada les narraba la época dorada del boxeo coruñés. Hoy les traeré recuerdos de otra disciplina que había tenido cierto éxito en los años sesenta en nuestra ciudad. Se trata de un deporte algo violento pero no brutal, y muy espectacular. La lucha libre americana, mas moderna que la grecorromana, se celebra en un ring como el de boxeo, con combates de duración variable, entre veinte y treinta minutos.
Los de mi generación seguramente recordarán aquellos combates de lucha libre en la antigua Plaza de Toros de la avenida de Finisterre, a las nueve de la noche y con una mezcla de luchadores coruñeses y foráneos.
En la lucha libre había un elevado porcentaje de “teatro”, disfrazado de llaves y contra llaves, muy aparatosas, pero sin dañar gravemente al rival. No obstante, un lamentable suceso ocurrido el 17 de julio de 1960, con el repentino fallecimiento del luchador valenciano Ferrando, después de competir en A Coruña, había conmovido a los aficionados, alertándolos de la peligrosidad de este deporte.
Mis amigos de juventud, que eran asiduos a estas veladas, recordarán al “indio de los dedos magnéticos” que era el apodo de Tupac Amaru, un personaje que entraba en el ring haciendo reverencias al público y que en su debut hizo abandonar al español Alcázar en el primer asalto. También recordarán al luchador enmascarado Black Shadow que, según decían, se tapaba la cara porque había sufrido un accidente en un incendio y la tenía quemada, y que venía de luchar en el Madison Square Garden de Nueva York, enfrentándose aquí al Gran Amenaza apodado “el ciclón del Caribe”, al que derrotó en nuestra Plaza de Toros.
Pero seguramente lo que mas gustaba a los espectadores era la lucha de relevos denominada “cach a cuatro”, en la que se repartían golpes y en alguna ocasión se tiraban unos a otros fuera del ring. En estos combates los Hermanos Soria se enfrentaron a la pareja formada por el Profesor Markuss y Polman, o en otra ocasión la conocida pareja formada por Sotelo y Moyán vencían en un solo asalto de sesenta minutos a la formada por Rafvela y Bernaus.
En septiembre de 1960 el luchador Sotelo se proclamó campeón gallego al vencer a Moyán. Este último se afincó en A Coruña donde montó un gimnasio, después de luchar en varios países de América, así como en Alemania, Francia, Inglaterra y Portugal. Asimismo en 1963, en una misma velada, se dieron cita en nuestra ciudad dos campeones de Europa y uno de España.
Pero después de unos años de inactividad, y con la creación de la Federación Coruñesa de Lucha, se repitieron estas veladas en la Plaza de Toros. El domingo 20 de agosto de 1967 se celebró la última velada de la que tenemos noticia en dicho coso, con los combates entre E. Castillo, un ex campeón del mundo, contra el americano Benito Galán; el campeón aragonés Morlan contra Emil Stel; Ángelo, campeón de Asturias contra Laguna, ex campeón de Europa; y el combate de fondo entre el campeón del Mundo Hércules Cortés de 140 kilos de peso, contra el italiano Conde Daidone de 135 kilos de peso, venciendo el primero por abandono del siciliano en el segundo asalto.
Con el derribo de la Plaza de Toros finalizaron aquellas míticas reuniones, que hoy algunos recordarán con nostalgia.