Hace ya unos años que falleció Tito Villar, un entrenador indispensable a la hora de entender la historia del balonmano coruñés y del deporte femenino en la ciudad. Y ayer nos dejaba Pablo Aguirregabiria. Qué decir de este guipuzcoano que dirigió el banquillo del OAR durante más de veinte años, con un ascenso a la segunda categoría nacional incluido.
Hubo momentos buenos y malos, pero él siempre estuvo ahí. Cuántas veces tuvo que ver cómo jóvenes jugadores del OAR se iban a equipos más potentes. Pero él daba la oportunidad a otros chavales y así mantuvo al equipo en ligas nacionales durante tanto tiempo.
Un trabajo sacrificado y poco reconocido. Está claro que el balonmano no es el deporte más fuerte ni el más emblemático de A Coruña. Pero él nunca se rindió. Como en su día Tito.
Te echaremos de menos, Pablo. El balonmano era tu vida y me lo demostraste siempre, sobre todo con el abrazo que nos dimos hace ya unos años tras el ascenso a División de Honor B. Nunca te olvidaremos.