Las declaraciones del presidente del Deportivo, con respuesta de la alcaldesa, han puesto patas arriba a la ciudad. Ponen de manifiesto diferencias que, lejos de ser insalvables, invitan a sentarse, dialogar y llegar a acuerdos.
No se entiende Riazor sin el Deportivo, pero tampoco sin el Ayuntamiento. Es la casa del club y su afición, pero también de todos los coruñeses.
Independientemente del momento en el que se producen es evidente que urge una solución, que si no ha de ser inmediata, requiere de celeridad. El club necesita tener una cesión larga en el tiempo y el Ayuntamiento ha de defender el carácter municipal del estadio, y es algo que, por mucho que nosotros hablemos u opinemos, no tendrá solución hasta que las partes no decidan dar un paso adelante.
El bien común es lo más importante, y el bien común de esta ciudad es que al Depor le vaya bien, que Riazor sea más que un estadio para los coruñeses y que, no se entiende de otra manera, todos vayan de la mano en la misma dirección.