Ayer arrancó una semana atípica para el Depor. Después de las celebraciones en Cuatro Caminos y María Pita, la temporada no ha terminado. Llegan dos partidos y un único rival, el Castellón.
Sin duda serán duelos en los que hay menos presión que en los 36 primeros partidos de liga, pero más que en los dos siguientes, los últimos que ha disputado la plantilla blanquiazul. Tanto los jugadores como la afición quieren que la guinda de la temporada sea conquistar ese trofeo presentado en Riazor la semana pasada, el que se llevará el campeón absoluto de la categoría de bronce.
Después de la imagen ofrecida tanto frente a la Real Sociedad B como ante el Real Unión, seguro que los de Idiakez saldrán a por todas. Quieren aprovechar su buen momento y les hace ilusión poner su granito de arena en la sala de trofeos del club.
Y, para la afición, es una nueva oportunidad para vivir con tranquilidad el reto que tiene ante sí el equipo. En definitiva, que siga la fiesta.