El Leyma y el Ayuntamiento se encuentran con problemas casi tan viejos como la actividad deportiva. En los orígenes del deporte, los recintos nacieron como grandes multiusos. En primera instancia, al aire libre. Después, bajo techo. El estadio de Riazor fue motivo de disputas durante muchos años. Los atletas y las pistas. Los conciertos de los años 80. Tampoco es fácil encajar en cualquier polideportivo, en cualquier campo de fútbol de la ciudad, los horarios de entrenamiento y competición correspondientes a cada uno de los numerosos clubes. El asunto, sin embargo, parece claro. En el primer año de convivencia en el Coliseum pueden suceder estas cosas. Una vez se asiente el equipo, como todos deseamos, en la ACB, los años venideros no deberían reproducirse estos viejos problemas.