EL FÚTBOL TIENE SUS LEYES, SU LENGUAJE Y SUS FORMAS. A pesar de que ha cambiado, en general, a todos los niveles, sobre todo en lo concerniente a la administración empresarial de los clubes, hay aspectos que no han variado desde que la pelota es redonda. 

Maneja unos códigos que son casi axiomáticos y, uno de ellos, hace referencia a la presión de los cargos de responsabilidad.
No hay medias tintas para la opinión de aficionados y medios de comunicación. Existe el blanco y el negro. Pocos matices. Y cuando se emite una opinión basada en ganar o perder los que reciben el halago o la crítica son siempre los mismos.

Otra de las leyes sería que esos profesionales que pasan de la palmada en la espalda al más férreo y duro comentario, han de ser lo suficientemente equilibrados como para soportar estas valoraciones de manera natural, como es el propio fútbol. No solo les va en el sueldo, sino que también en su preparación como directivos. A veces se saca pecho, otras, a apechugar.