El Deportivo, salvo el cambio de Balenziaga por Retu, presentaba su once de gala y el equipo no estuvo a la altura para nada en su visita a un rival fuerte como local como el Real Unión de Irún; fue una decepción total.

Villares, José Ángel y Salva Sevilla se dejaron dominar en la medular, con el primer saque de esquina en el minuto 15 para los blanquiazules y sin ningún disparo a puerta en los primeros 45 minutos.

Tal y como había advertido Idiakez, Oyarzun marcó la diferencia; el Deportivo intentó jugar demasiado al pie y no al espacio y el Real Unión de Irún pudo adelantarse por medio de Solís en el minuto 33. Los vascos dispusieron de más opciones y por lo menos el Depor llegaba vivo al descanso.

En la segunda parte el técnico visitante no introdujo cambios pero el 2-0 fue un jarro de agua fría en los compases iniciales.

El Real Unión siguió con su presión alta, generando muchos problemas para los deportivistas, que seguían careciendo de juego por banda.

Martín Ochoa estuvo totalmente desaparecido y en el minuto 70 el míster introdujo modificaciones ya cuando el partido se le había ido de las manos.

La entrada de Davo, Cayarga y Valcarce trató de aportar más profundidad pero apenas creó peligro.
El Deportivo no supo competir, encajó la peor derrota de la temporada. No estuvo en el encuentro. A este Deportivo tenemos que exigirle mucho más.