Este año corresponde convocar elecciones en las Federaciones Deportivas gallegas. El pasado 23 de diciembre la Consellería de Presidencia publicó un nuevo decreto por el que se establecen las bases para la elaboración de los reglamentos que regirán los procesos electorales de las federaciones.
Con este decreto se intenta buscar una mayor transparencia e igualdad de oportunidades en dichas elecciones y que se desarrollen con la mayor garantía para el ejercicio del derecho de sufragio. Se hace hincapié en la formación de los censos electorales, los sistemas de elección, el desarrollo de la jornada electoral o los posibles recursos y reclamaciones.
Todo muy estudiado y muy pautado, pero la realidad es, algunas veces, mas oscura que transparente y mas desigual que igualitaria, para los participantes en dichos procesos. Es verdad que se prescribe una Comisión Gestora, se indica como se forma una Asamblea General, y se contempla que puedan intervenir en las votaciones todos los estamentos de cada federación.
También se indican las funciones del Comité Gallego de Justicia Deportiva, que debe velar por el buen cumplimiento de dichas disposiciones. No obstante, todos sabemos cómo se desarrollan muchas de estas elecciones, cómo se desdoblan algunos clubes para tener mayor número de compromisarios, o cómo se consiguen fidelidades para continuar en los cargos directivos.
También hemos de destacar como novedosa, la salvedad de que este decreto permite presentar una candidatura sin necesidad de tener la condición de asambleísta ni afiliado a la federación deportiva a la que se presente como candidato, lo que deja la puerta abierta para candidatos ‘paracaidistas’, por no decir ‘políticos’.
Con la Ley del Deporte de Galicia de los años 80 y la aparición de las Federaciones autonómicas, quedaron extinguidas las antiguas federaciones provinciales que daban cobertura a una extensión geográfica y poblacional idónea para atender a todos los clubes y deportistas federados de cada modalidad en una provincia, especialmente en las que existen -como la coruñesa- núcleos importantes de deportistas en las ciudades de A Coruña, Ferrol y Santiago. Recuerdo con agrado la magnífica labor de las coruñesas de atletismo, baloncesto, judo, patinaje y algunas otras.
Las actuales federaciones regionales -salvo la de fútbol que siempre ha tenido delegaciones en las siete principales ciudades gallegas-, acaparan todo el poder de decisión y de gestión. Esto, que en principio parece positivo, suele traer consigo inevitablemente una implicación mayor en la ciudad o provincia en la que están sus sedes.
En mi opinión, deberían reforzarse las delegaciones provinciales con el objetivo de conseguir una mayor eficacia administrativa y organizativa a nivel local.
Pero lo que hoy debe preocuparnos principalmente es la transparencia en los procesos electorales, la concurrencia en igualdad de condiciones de los posibles candidatos, y la idoneidad de los mismos.
Después, mucha suerte y a trabajar por nuestro deporte.