Nos dejó uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos. Al final de la década de los Cincuenta, aparece un nuevo fenómeno del fútbol coruñés que nunca será olvidado, uno de esos jugadores de los que nacen pocos. Ese ha sido Amancio Amaro Varela. Nació en el año 39, en el barrio coruñés de la Calle Vizcaya. Casado con la coruñesa Consuelo Vicente Noya, de cuyo matrimonio tuvo cuatro hijos. Sus primeros pasos los dio en el Club Victoria, equipo modesto de la Escalinata de Santa Lucía y fue, casualmente, el fundador de este equipo, el canario Hilario Marrero, que en esos momentos era el entrenador del Deportivo, el que le dio la oportunidad a Amancio.
Decía el grancanario que siempre había tenido claro que era un talento y que era tan bueno que incluso habría podido jugar de portero. Era presidente del Deportivo el General Osset, que sufrió una muerte repentina y el cargo quedó en manos del vicepresidente primero, Jesús Cebrián Brizuela, que seguiría en el cargo hasta 1964. Quiero decir de este gran jugador que realizó los mejores partidos de su vida seguramente con la camiseta del Deportivo. Era una delicia verlo jugar y, a pesar de su marcha al Real Madrid, confieso que nos marcó para siempre a todos los que tuvimos la fortuna de verlo correr con la pelota por el campo de Riazor. He viajado muchas veces con el Deportivo por esos años, puesto que yo era el delegado de los Juveniles cuando Antonio González era el secretario del club. En uno de esos desplazamientos tuve la gran ocasión de verlo actuar en el campo de El Molinón, con triunfo del Deportivo por 2-4, donde Amancio marcó uno de los goles más hermosos que he visto en mi vida. Con ese triunfo el equipo conseguiría unas jornadas más tarde el ascenso a Primera División. Era entrenador el vasco Juanito Ochoa.
Amancio tenía un estilo inigualable y un endiablado sprint que lo convertían en un gran peligro para el equipo contrario. Desde los tiempos de Acuña, Borbolla y Rafael Franco, nunca la grada se había teñido de blanco por el flamear de pañuelos. Al terminar la temporada 61/62 el Deportivo lo traspasó al Real Madrid por varios millones de pesetas más la cesión de cuatro jugadores, Miché, Betancort, Antonio Ruiz y Cebrián. Con Amancio en el Deportivo también jugaron Jaime Blanco y Veloso, que terminarían siendo compañeros en el Real Madrid. Decía un periodista coruñés llamado Orestes Vara, sobre Amancio, que había sido uno de los mejores del mundo, con un estilo espectacular, seguramente uno de los diez mejores delanteros de España de todas las épocas
Amancio sufrió importantes lesiones a lo largo de su vida que estuvieron a punto de retirarlo del fútbol. Consiguió con el Real Madrid varios títulos, entre ellos un campeonato de Europa, fue internacional español 42 veces, siendo campeón de Europa de selecciones al vencer en el año 64 a Rusia. Al retirarse del fútbol pasó al cuadro técnico del Real Madrid entrenando más tarde al Castilla, donde conseguiría sacar a infinidad de jugadores, entre ellos a Butrageño. Este éxito hizo que el Real Madrid lo nombrase entrenador del primer equipo. Ahora era su presidente de honor.
Mi más sincero pésame a la familia, y a su hermano Juan Carlos, que jugó en el Espanyol y el Ural. El propio Amancio nos pidió en su día la carta de libertad para su hermano, para que pudiese marchar a Madrid, a lo que no pusimos problemas. Me acuerdo ahora mismo, en un día muy triste, redactando esos documentos.
Descanse en paz Amancio Amaro Varela, un fenómeno del fútbol.