Algunos de mis amigos racinguistas dudaban la semana pasada de la respuesta deportivista. Mi contestación a tales dudas era muy clara. “Se va a llenar; si no la llena la afición verde, la llenará la blanquiazul”. Y se lo razonaba argumentando los desplazamientos a León o Salamanca de los seguidores coruñeses. 
 

Estaba absolutamente claro que A Malata registraría un lleno como hace muchos años no ha visto, con estreno de grada incluido. Era más que evidente.
 

Pero no por evidente deja de ser conmovedor. Una seguidora hacía cola en la Avenida de la Habana desde las cinco de la mañana. Con lluvia y viento. Cuando conseguía su entrada, parecía que llevaba en la mano boletos para ver a los Rolling Stones o la final de la Champions.
 

Pues no. Era una sonrisa como la de las patatas Risi por conseguir el pase a un partido de Primera Federación a unos kilómetros de su casa en A Coruña. Da igual la categoría. Donde se la juega el Deportivo. Donde se necesita, está su gente. ¿Alguien lo dudaba?