Raúl Díaz Carballeira: “En el momento del cambio rompí a llorar, ahí se acababa todo”
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Raúl Díaz Carballeira: “En el momento del cambio rompí a llorar, ahí se acababa todo”

Raúl Díaz Carballeira: “En el momento del cambio rompí a llorar,  ahí se acababa todo”
Raúl disputó su último partido el pasado domingo en O Carral ante el Estradense | raúl lópez

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Es un delantero de área, incómodo para los defensas. Es un futbolista honesto, educado y ejemplar, un modelo a seguir para muchos de sus compañeros. Es una persona que no oculta sus emociones, que siente lo que dice y que dice lo que siente. Raúl deja el fútbol.



¿La de colgar las botas es una decisión que se toma de un día para otro o se madura?
El año pasado me senté con Alberto para decirle que no creía que pudiese compaginar mi vida personal con el fútbol. El Sofán me transmite que, tanto por futbolista como por persona, le gustaría que estuviese en el equipo de Tercera. No es una decisión que haya tomado en las últimas semanas. La comuniqué en el momento en el que se confirmó nuestro descenso. Consideraba que mis compañeros debían saber, antes de que terminase la liga, la decisión que había tomado. La retirada llevaba unos añitos rondando por mi cabeza.

¿Ha habido algún otro momento en el que estuviese cerca de anunciar su retirada?
Cuando se paralizó la temporada 2019/20 por la pandemia, pero el ‘presi’ me dijo que bajo ningún concepto me retiraría en esas circunstancias: “tú te retiras en el campo”. Me animó a seguir un año más y haber ascendido me animó a continuar otra temporada.

¿Le ha quedado algún objetivo por cumplir?
La Copa da Costa. Pero sacrificar un año más quitándole tiempo a mi familia solo por la Copa no es un aliciente suficiente. Sería un capricho. He sido campeón de liga en Segunda Regional, en Primera, en Preferente, he ganado cinco Copas de A Coruña e incluso tuvo la gran suerte de haber ganado la Copa de Campeones en la que participábamos los campeones de A Coruña, Ferrol, Santiago… Solo la hubo un año, yo estaba en el Silva y la ganamos en Cerceda. La espinita es la Copa da Costa y más aún de la forma en la que se nos escapó contra el Xallas. Si marcábamos el último penalti de la tanda ya ganábamos, pero fallamos y tuvimos que ir al desempate.


Cuando se lo comuniqué a mis compañeros, las palabras no me salían 



¿Fue una decisión de Raúl o intervinieron más personas?
Cuando tomé la decisión de renovar el año pasado, dije que sería mi última temporada. Sentía la obligación de continuar y, por otra parte, me hacía ilusión poder jugar un año completo en Tercera. Mi pareja me dijo que lo entendía. Me conoció jugando al fútbol y sabe lo que siento por el fútbol. De hecho, si yo quisiese continuar, ella no me pondría ninguna pega pero fui yo el que tomó la decisión.

En el Sofán habrán intentando convencerle para que continuase una más…
A lo largo de la temporada me iban llegando comentarios (ríe). Cuando ya estábamos matemáticamente descendidos, Ricardo (presidente) se acercó a mí y me preguntó: ¿conseguiremos renovar al capitán una temporada más? Mi respuesta fue: no, de esta sí que lo dejo. En ese momento me dijo que lo respetaba, que estaba conmigo en todo y que aceptaba la decisión. Posteriormente se lo comuniqué a Alberto (entrenador) y le pedí que no dijese nada porque me gustaría comunicárselo personalmente a mis compañeros y que lo tuviesen como aliciente para seguir compitiendo y dejar buen sabor de boca. Se lo dije a la plantilla antes del partido contra el Silva.

¿El domingo por la mañana?
Sí, en el propio campo. En lugar de hacer la reunión previa al partido en el vestuario la hicimos fuera en un corrillo y dediqué unas palabras a cada uno de forma individual. Me apetecía despedirme y darles mis consejos y opiniones.






¿Emociona más el momento en el que comunica la decisión a sus compañeros o el último partido?
Difícil (resolla). Cuando se lo comuniqué a mis compañeros, al principio, las palabras no me salían. De hecho, se me caían las lágrimas y era incapaz de hablar. Cuando empecé a dirigirme a ellos, y como alguna parte contenía cierto toque de humor, la emoción se paralizó un poco. En el momento en el que me cambian (se emociona) contra el Estradense, rompo a llorar; incluso también cuando metí el gol. Fueron dos momentos complicados, sobre todo el último porque ahí se acababa todo. 



¿Cuáles serán las personas que más agradezcan tu retirada?
Juanjo, un compañero con el que me llevo muy bien, lleva años con el cachondeo de que está esperando a que le deje la camiseta con el ‘9’. Después del partido contra el Estradense, su mensaje fue: ¿y ahora, qué? El ‘9’ será para mí.

¿Y la familia?
Mi hija tiene cuatro añitos, es muy de papá y yo encantado de la vida. Es lo suficientemente madura para comprender que esta iba a ser mi última temporada y, cuando faltaban diez o doce jornadas, me preguntó: papá, ¿cuántos partidos te quedan? Le respondí y, a partir de ahí, en cada partido que jugaba ella restaba uno: papá, ahora te quedan nueve, ahora te quedan ocho. Así hasta que, cuando quedaba uno, me dijo: papá, después del de hoy ya no te quedan partidos. Aunque los fines de semana me dedicaba exclusivamente a mis hijos salvo en el horario de partido, por la semana era un ajetreo. Mi hermana y mi cuñado se han portado increíblemente bien para que yo pudiese jugar. Tuve que hacer muchos números esta temporada para poder cumplir con el Sofán y ahora me toca cumplir con la otra parte.


¿Se imagina un verano sin pretemporada?
Tendré que estar en la playa más tiempo. Para mucha gente es una puñeta irse de la playa para ir a entrenar pero, para mí, era una diversión. Me coincidía de vacaciones y no tenía ninguna prisa por irme del entrenamiento. Estiras y charlas con todos. Luego llegaba a casa y todavía era de día, los niños estaban despiertos… Lo que me gusta realmente es el fútbol, pero quiero y necesito algo que no implique obligación de fin de semana. Mi familia se merece los fines de semana.

Será inevitable que no le vuelva el gusanillo.
Sin duda, pero hay gente que se retira con 30 años; yo tengo 42. La edad de veteranos ya la he pasado. Hay jugadores en ligas de veteranos que, por edad, pueden competir perfectamente en modestos. El pádel me gusta y, de niño, me gustaba mucho la bici. Tenía muchas roturas de fibras y un fisioterapeuta al que fui cuando era juvenil me dijo que tenía que dejarla. Con 43 es un buen momento para retomarla.


En todas las fotos de cuando era pequeño tengo un balón en la mano 



¿Es imposible quedarse con un momento de su carrera futbolística o hay uno que le haya quedado grabado?
Diría que este último domingo. Ha habido capítulos muy buenos. Se dice que en el fútbol a veces se gana y a veces se pierde pero yo solo me acuerdo de las veces que he ganado. He tenido suerte en el sentido de haber vivido muchísimas cosas buenas y muy pocas malas. Solo he vividos dos descensos, uno con el Vizoño y este con el Sofán. También es inolvidable para mí la primera Copa de A Coruña en Riazor en la nuestro portero Fernando, un gran amigo, había sido el gran protagonista en la tanda de penaltis parando tres. En definitiva, me quedaría con la apertura y el cierre de mi carrera futbolística.

¿Los malos momentos se borran o tiene alguno presente?
Se borran. Hasta he tenido suerte con las lesiones. Tuve una de forma fortuita en un golpe con un rival y sufrí una rotura parcial del ligamento cruzado pero ni siquiera tuve que operarme. El fútbol siempre ha sido especial para mí desde niño. En todas las fotos de cuando era pequeño tengo un balón en la mano.

¿Sus hijos también salen con un balón en las fotos?
Mi hijo sí. Tiene pinta de que va a ser bueno. Es zurdo como yo. Intento forzarle para que le dé con la derecha pero se gira y le da con la izquierda, así que está bastante claro. A mi hija le gusta ver el fútbol conmigo. Me pregunta con qué equipo voy yo y lo anima. Tengo una familia muy futbolera y eso también ayuda.

Ha mencionado un momento inolvidable y un gol imborrable. ¿Y un entrenador que le haya marcado?
Guardo un gran cariño a dos entrenadores del Olímpico en mis inicios. Uno de ellos, Rivas, falleció hace no mucho. Era un visionario. Sus ideas eran avanzadas a lo que se veía en aquel momento. También guardo muy buen recuerdo de Lorenzo por la cercanía y la amistad con la que se relacionaba con todos los jugadores. De Uriach, con el que coincidí en el Imperátor en Liga Nacional, recuerdo una anécdota muy buena. Avanzada la primera vuelta no era capaz de marcar goles y le dije: por favor, déjame en el banquillo. Él me respondió: no te voy a dejar en el banquillo porque vas a ser el pichichi de la categoría. Fue decirme eso y marcar en el partido siguiente y en los sucesivos. No llegué a ser pichichi pero sí el tercer máximo goleador de la liga. De los recientes me quedo con Alberto porque no es fácil confiar en un jugador de 42 años para competir en Tercera RFEF. Si él hubiese querido, se habría lavado las manos y tendría la excusa perfecta para no contar conmigo porque había sido yo el que había propuesto no continuar. 

Raúl Díaz Carballeira: “En el momento del cambio rompí a llorar, ahí se acababa todo”

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