Martín Caeiro, inesperado goleador del Relámpago en un derbi coruñés
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17º-23º

Martín Caeiro, inesperado goleador del Relámpago en un derbi coruñés

Martín Caeiro, inesperado goleador del Relámpago en un derbi coruñés
Martín Caeiro, central del Relámpago, en un banco del Parque Europa | CARLOTA BLANCO

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Martín Caeiro (Bertamiráns, 2001) fue el último en llegar al Relámpago, club que ocupa la séptima posición en el grupo 1 de Primera Futgal, pero ha tardado poco en hacerse con un puesto en el centro de la zaga. Lo difícil no es llegar, sino mantenerse, pero su entrenador –Dani Casal– no dudará en seguir contando con él si es capaz de cuajar partidos como el del pasado fin de semana, pues contribuyó ante el Ural a dejar la portería a cero y marcó en el tiempo de descuento el gol de la victoria.


Describe el duelo ante el Ural como un partido ajustado en el que hicieron algún mérito más que el rival para ganar. “Fue bastante igualado, sobre todo en una primera parte bastante defensiva. En la segunda tuvimos más ocasiones, aunque es cierto que pecamos de algunas impreciones. Al final el gol viene en el minuto 90 y son puntos importantes para seguir escalando”, valora.


Era un derbi coruñés en el que jugaban como locales, algo que tiene poca importancia en esta categoría. “Los resultados no se ven influenciados por ello, ya que todos los equipos están acostumbrados a los campos de la ciudad. Otra cosa es ir a Ferrol o a Ares, que ahí sí que es más complicado sacar un resultado positivo como visitante”, detalla.


Su tanto llegó cuando casi no quedaba tiempo. “Era un partido importante para tomar distancia con la zona de descenso. Llegó tras un rechace, fui capaz de meter el pie y la verdad es que al marcar en un minuto así la sensación es bastante buena”, analiza.


Ha sido su sexto gol en 75 partidos como sénior, una media que no está nada mal para un central. “Suelo marcar alguno que otro porque me gusta ser ofensivo. Cuando el equipo lo necesita, intento ayudar, ya sea con la cabeza o con el pie”, explica como clave.

 

Medicina

Su trayecto futbolístico había discurrido siempre por la zona de Santiago de Compostela, pero todo iba a cambiar a finales del año pasado, cuando A Coruña apareció como opción para cursar el sexto curso de Medicina. En principio suponía dejar temporalmente el fútbol, pues no veía claro incorporarse a un equipo sabiendo que solo iba a estar un año, pero todo cambió con la llamada de un amigo.


“Me lo propuso porque lo que estaba claro es que no era viable ir desde aquí a Bertamiráns a entrenar o jugar. Al principio no estaba muy decidido, por ser un equipo nuevo y el último año del grado, pero acabé entrando en noviembre y estoy muy contento”, explica el zaguero de 23 años.


No parece probable que se pueda extender en el tiempo por las propias vicisitudes de sus estudios. “En principio es solo para este curso, porque no sé qué será del futuro, quizá me tenga que ir a Asturias, pero ahora me centro en jugar, que es lo que me gusta, ayudar al equipo, conocer gente, etc. Por todo ello ha sido una muy buena decisión”, apunta.


“Cuando estás de médico residente te puedes asentar algo más, pero ahora mismo es imposible hacer planes a largo plazo”, añade.


Su relación con el fútbol comenzó de pequeño, en el colegio Lasalle, pero su primera gran experiencia llegó en edad infantil, disputando la División de Honor con el Conxo. En ese equipo se estrenó como cadete, bajo las órdenes de un Antón Permuy que ahora dirige al primer equipo del Compostela, y tras ello pasó por más equipos, destacando el propio cuadro santiagués, pero donde mejor le ha ido es en el Bertamiráns. 


Es ahí donde ha disputado la mayoría de sus partidos, en tres etapas distintas. Y si hace unos meses se tuvo que marchar por sus estudios, su llegada como sénior también se vio influenciada por ello. 


En el Compostela exigían bastante, con cuatro entrenamientos a la semana, y me coincidió con el año de 2º de Bachillerato, en el que necesitaba sacar buena nota tanto ahí como en Selectividad para entrar en Medicina, por lo que regresé al Bertamiráns, que es el equipo de mi casa”, explica.


“Me dio mucha pena no poder seguir, no están en su mejor mometo, pero malo será que no mantengan la categoría”, añade Caeiro.


Como objetivo de la temporada con el Relámpago, señala que vuelve a ser el del principio. “Imagino que tenían la idea de intentar acabar lo más arriba posible, pero como empezaron con alguna duda, quizá pasó a ser salvar la categoría. Ahora estamos en una racha muy buena y hay que volver a eso, a quedar lo más arriba. No hablo de ascenso, porque es complicado, ya que el tercero está a diez puntos, pero sí debemos pelear cada partido para ayudar también a que se desarrollen muchos jóvenes de primer año”, desarrolla.


Pese a que en alguna ocasión actúa como mediocentro defensivo, su posición natural es la de central, una zona del campo que ingrata para los jugadores con rol de suplente.


Siempre digo que para un central es muy malo ser suplente, porque tienes pocos minutos. Si entras es por un partido igualado, y cuentas con pocos minutos, o por alguna lesión de un compañero, que tampoco es plato de buen gusto. Pero a veces toca, porque no es fácil quitarle el puesto a un veterano”, argumenta.


En este sentido, analiza las ventajas que da la juventud y la experiencia en esta posición. “Yo creo que los jóvenes tenemos esa hambre de ir hacia delante y seguir creciendo. Ir a por todas en el partido, subir al ataque, etc. Por su parte, la veteranía te da tranquilidad, saber colocarte y conocer tus limitaciones”, finaliza.

 

TEST

1. Nota a su equipo hasta el momento.
Un 7.
2. Nota a Martín Caeiro.
Un 8. Sé que me puedo dar más.
3. Una virtud / Un defecto.
La salida de balón / La velocidad.
4. El mejor jugador de su equipo.
Rachón.
5. ¿A qué jugador de otro club ficharía?
Murilo (ya no pertenece al Sporting Meicende).
6. La mejor plantilla de la Liga.
Orillamar.
7. El mejor rival al que se ha enfrentado este curso.
Sporting Meicende.
8. La jugada perfecta.
Salida desde atrás, balón a banda y pared con el punta.
9. Una manía los días de partido.
Ninguna, la verdad. No tengo supersticiones.
10. Un deseo para lo que resta de temporada.
Que nos respeten las lesiones y quedar lo más arriba.

Martín Caeiro, inesperado goleador del Relámpago en un derbi coruñés

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