El Lugo cerró este sábado ante el Málaga (1-0) una temporada tranquila, mucho más que las inmediatamente anteriores, antes del vértigo que generan todos los cambios que tendrá que afrontar el equipo en las próximas semanas.
El conjunto gallego finalizó el curso con 50 puntos, el objetivo con el que parten aquellos que tienen como meta la permanencia en el fútbol profesional, ya que suelen garantizarla, si bien este año fueron más que suficientes.
De hecho, los rojiblancos, a pesar de firmar un final de temporada flojo, con solo dos victorias en los últimos doce partidos, sellaron con margen su continuidad en LaLiga SmartBank.
Con el descenso del Alcorcón, el Lugo le sucederá la temporada que viene como el equipo que más temporadas consecutivas lleva en la categoría de plata.
Lo hará con nuevo entrenador después de que Rubén Albés descartara continuar al frente del banquillo tras haber salvado al equipo de manera milagrosa en 2021 y de una forma mucho más holgada en 2022.
Tampoco estarán en el equipo los tres capitanes: Carlos Pita, único representante que quedaba en el equipo de los que lograron el ascenso de 2012; Fernando Seoane e Iriome González, que tuvieron un papel secundario este curso.
El Lugo lo empezó coqueteando con el descenso, con solo tres puntos de los primeros doce posibles gracias a otros tantos empates.
Únicamente se impuso en uno de los ocho encuentros con los que comenzó el campeonato, aunque cedió dos derrotas en ese periodo, una tendencia que se mantuvo el resto de la temporada: pocos triunfos, pocos partidos perdidos y muchos empates.
Llegó a acumular once jornadas seguidas sin perder, su mejor racha en el fútbol profesional.
No cayó entre la que fue su única victoria del campeonato como visitante (1-3 ante el Amorebieta el 14 de noviembre) y la derrota por la mínima ante el Huesca (1-0) en El Alcoraz el 20 de febrero, tres meses.
Para entonces, había perdido a su jugador más desequilibrante, Gerard Valentín, traspasado precisamente a los oscenses en el mercado invernal, ya con la permanencia encaminada.
La temporada se les acabó haciendo larga a los de Rubén Albés. De los 12 partidos que perdieron, la mitad de las derrotas se produjeron entre las jornadas 33 y 41, en las que se vieron superados por Eibar, Valladolid, Ponferradina, Tenerife, Fuenlabrada y Zaragoza.
Casi el 50 por cien de los partidos acabaron en tablas (20 de 42) y compartió el título de ‘rey del empate’ con el Zaragoza. Diez triunfos y doce derrotas completan el balance de los lucenses.
El saldo de goles fue negativo para los rojiblancos, con 46 goles a favor y 52 en contra. Con nueve dianas, José Ángel Carrillo finalizó el curso como máximo goleador del equipo. Manu Barreiro y Chris Ramos se quedaron en siete.
El Lugo manifestó unas señas de identidad bastante definidas, con la defensa en bloque bajo, con muchos jugadores en área propia, y el contragolpe y el balón parado como sus principales amenazas en ataque.
Con esa receta, logró una salvación holgada antes del periodo de cambios que se avecina entre esta temporada y la que viene.