“¡Mi abuelo te entrenó!”, exclama Leo, nieto de Luis Rodríguez Vaz, ante Fran González durante su primer día en el Campus F10. “¿Quién es tu abuelo?”, contesta el de Carreira, que tras la emocionada respuesta del niño cae en la cuenta de que es el hombre que le hizo debutar. Horas después, a la salida de la actividad en Visma, los dos protagonistas se funden en un abrazo y recuerdan tiempos juntos, como aquel 17 de enero de 1988, en el que un duelo ante el Burgos en Riazor significó el primero de los 700 partidos del ‘One Club Man’ del Deportivo.
Rodríguez Vaz entrenó al conjunto blanquiazul en dos etapas (temporadas 1981-82 y 1987-88) y en ambas hizo de su apuesta por la cantera su sello de identidad. No en vano, procedía del Fabril. Fue ahí, en el segundo equipo, donde un Fran de 17 años dio sus primeros pasos tras ser reclutado de una forma un tanto curiosa.
“Su hermano, José Ramón, ya había debutado conmigo en el Fabril y recuerdo que fuimos a jugar en pretemporada a Ribeira, momento en el que me dijo que su hermano también jugaba al fútbol. Hablé con Luis Ucha —en ese momento, responsable de la cantera del Deportivo— y le dije que iba a ir con los juveniles. ¡Me cago en la leche! En cuanto lo vimos jugando, dijimos que íbamos a firmar inmediatamente a ese muchacho”, recuerda Vaz.
“Todos los jueves hacíamos un partidillo entre el Fabril y los juveniles y en cuanto le vimos hacer dos cositas dijimos... ¡uf! no podemos esperar más. Pasó directamente al Fabril con 17 años, porque me encantaba quemar etapas cuando un jugador valía”, apostilla el extécnico de Racing de Ferrol y Ourense, entre otros.
¿Qué era lo que cautivaba a Vaz de Fran? “Técnicamente y tácticamente era un jugador muy completo. Quizá solo le faltaba la poca decisión de tirar a gol desde media distancia, porque además tenía un gran disparo, pero tanto en lo individual como en lo colectivo era un diez”, describe.
Por ello, cuando asumió el banquillo del primer equipo, no dudó en tirar de él. “Voy a contextualizar la situación, que era complicada. La primera vez que cogí al Deportivo —también en Segunda División— no hubo ningún problema, nos sobraron puntos y llegamos a cuartos de final de la Copa del Rey, pero la 87-88 fue un poco más complicada, tuve más dudas. Tenía un gran equipo en el Fabril, un enorme equipo, y quizá me excedí a la hora de subir a muchos al primer equipo, pero ahí quedaron los casos de José Ramón y Fran, que perduraron en la plantilla”, destaca Vaz.
Jorge, Óscar, Portela, Blesa, Modesto, Fontana, José Ramón, Gil, Vicente y Donowa compartieron alineación con un Fran que disputó 71 minutos, momento en el que fue sustituido por Hidalgo. La derrota (0-1) fue lo de menos, pues se había plantado la semilla de un centrocampista que con el paso de los años tornaría en mito.
“Con Fran había que romper el molde. Yo era y soy un loco de la cantera, y pienso que cuando un chico apunta alto, como era su caso, hay que ponerlo”, resume el de Vilardevós, que en aquel momento tampoco imaginaba que tenía delante a alguien que iba a ganar seis títulos durante sus 17 años en el club. “Hombre, nunca se espera tanto. Pero cuando subes a un jugador al fútbol profesional con 17-18 años, lo haces por algo. Imaginas que puede llegar, pero quizá no tanto. Y lo hizo sin llegar a firmar por el Real Madrid cuando estuvo a punto, que entonces, por tema de prensa, estaríamos hablando de otra cosa. Pero el señor Lendoiro hizo un gran Deportivo y Fran no desentonaba rodeado de figuras. Es más, era la pieza básica”, valora.
Muchos años de fútbol convierten a Rodríguez Vaz en una voz más que autorizada para hablar de los mejores jugadores que ha dado la cantera coruñesa. Tiene claro que Fran está en el podio, pero lo sitúa en el mismo escalón que a otros dos: Luis Suárez Miramontes y Amancio Amaro.
“Hay gente que me para por la calle, recordando tiempos. La semana pasada estaba tomando un café y una persona me dijo que fue el mejor jugador que tuvo el Deportivo, el más completo, y hasta cierto punto tenía razón. Quizá le faltaba el gol que tuvo Amancio, lo que le pudo convertir en un centrocampista o mediapunta con bastante capacidad para marcar. Pero es una leyenda de la historia del Deportivo. Para alguna gente, incluso superior a Luis Suárez en lo que se refiere a la cantera coruñesa. Yo los voy a poner a los tres al mismo nivel: Amancio, Luis Suárez y Fran”, recalca.
El centrocampista disputaría tres partidos más en una temporada agónica, en la que un gol de Vicente ante el Racing de Santander en el último minuto de la última jornada evitó el descenso de los blanquiazules a Segunda B. Una permanencia en la categoría de plata que permitiría a Fran asentarse con el equipo en el fútbol profesional.
Para el ‘10’ las sensaciones tras el reencuentro son también agradables. “Siempre es entrañable poder ver a una persona que ha formado parte importante de tu vida futbolística”, explica Fran, que a continuación describe las características del que fue su primer técnico en el Dépor.
“Un entrenador muy duro. Recuerdo primero una etapa en el Fabril, cuando había mucha disciplina y seriedad. Sabía lo que quería y era exigente consigo mismo y con los jugadores que tenía”, apunta.
Los años pasan, como muestra la presencia del nieto de ese primer entrenador en el Campus que, desde hace muchos años, organiza Fran. Leo, que tiene solo 10 años y juega al hockey patines y al fútbol, se lleva unas palabras que seguro le animarán por parte del que en su día era pupilo de su abuelo. “Ha sido un reencuentro agradable, y además tiene un nieto que disfruta del fútbol y le está saliendo portero. Se ve que es ágil, rápido y tiene reflejos. La verdad es que muy bien”. Más que aprobado.
Para Vaz, lo importante es que disfrute, pero como buen entrenador no rehuye el análisis. “Yo pienso que si crece un poquito, puede ser un buen portero, porque tiene maneras, le gusta, pero es fundamental la estatura debajo de los palos. Si consigue una estatura idónea, pues a lo mejor, pero bueno, ahí está. Lo importante es que haga deporte, que también juega al hockey, tiene 10 años y a esa edad está destacando”, enfatiza.
“Nunca se sabe, porque he tenido gente que se iba a comer el mundo con 16-17, y al contrario, que eran del pelotón y llegaron a ser profesionales y vivieron de esto muchos años. Ahora lo importante es que el niño haga deporte, que esté feliz y contento, y aún encima si está en el Campus de Fran González, pues para mí mucho más”, se congratula.
En el día de ayer finalizó la cuarta y última semana de esta edición del Campus F10. Durante este mes de evento, participaron niños de entre 5 y 15 años, divididos en tres grupos de edades, y la valoración final es de éxito.
Así lo siente Fran González: “Ha ido muy bien, la verdad es que fenomenal, mucho mejor de lo esperado. Hemos tenido buenas instalaciones —en esta edición, San Pedro de Visma y Portazgo— y los niños se han portado muy bien en general. Estoy muy contento por cómo ha ido todo, porque tampoco ha habido lesiones”.
El organizador del Campus acostumbra a tener un papel muy activo en el mismo, y esta vez no ha sido menos. “Ahí estuve todos los días, no fallé ni uno. Sobre todo supervisando y a veces jugando, que me habría gustado hacerlo mucho más, pero llevo arrastrando una lesión en un tobillo desde hace un mes y algo, que jugué con el Dépor de veteranos”, desvela
Una de las fortalezas del Campus es que está tan consolidado —se puso en marcha en 2011— que no necesita cambios para funcionar. Es un lugar en el que se respira fútbol. “La única novedad han sido monitores nuevos, pero poco más. Por lo demás, el que viene ya sabe cómo se trabaja y la exigencia que hay”, valora Fran.