Con 90 años de historia, el Deportivo Ciudad es unos de los clubes clásicos de la ciudad de A Coruña. Fernando Rey, presidente de la entidad de la Ciudad Vieja desde diciembre de 2018, explica el funcionamiento de un club en pleno proceso de crecimiento. Buena prueba de ello es que las previsiones de la directiva pasan por contar con un equipo por categoría desde Biberón hasta Veteranos en la nueva temporada 2022/23.
¿Cuándo nace su vinculación con la presidencia del Deportivo Ciudad?
Llevo algo más de tres años como presidente, concretamente desde diciembre de 2018, pero llevo más tiempo ligado a la directiva del club. Estuve dos años de vicepresidente y, anteriormente, de vocal del área económica.
¿Ha formado parte de algún otro estamento del club?
Me fui del Victoria con 19 años en el año 1999 y, desde entonces, he estado ligado al Deportivo Ciudad de alguna manera. Antes de formar parte de la directiva jugué en el equipo de Aficionados y en el de Veteranos. A día de hoy ya no estoy para tantos trotes (ríe).
¿Desgasta ser el presidente de un club de barrio como el Deportivo Ciudad?
Lo llevo como puedo. Es lo de siempre. En los clubes de barrio no queda otra. La idea de la directiva es dar continuidad a un club sin ningún tipo de interés. Los que hacemos esto lo hacemos por la vinculación que nos une a la entidad. Mi padre fue futbolista del Deportivo Ciudad y mi hermano también llegó a jugar. Te mueve más el sentimiento que cualquier tipo de interés Reconozco que a veces hay momentos en los que cansa y seguir adelante, pero también tiene una parte bonita y satisfactoria.
¿Cómo está compuesta la junta directiva del club?
Estamos en una etapa de transición y actualización. Han fallecido personas muy importantes en la historia del club como Amancio, Gaspar o Villa y la vieja guardia de la directiva se encuentra en la actualidad en un segundo plano, viendo que el club sigue los pasos y camina por donde marca la tradición. Como digo yo, ellos siguen fiscalizando.
¿En qué situación deportiva se encuentra el Deportivo Ciudad actualmente?
En pleno proceso de construcción. Cuando asumimos este reto veníamos de una época negra con solo cuatro equipos dados de alta. La pasada temporada la cerramos con siete equipos y la idea que tenemos en mente y que creemos que se va a llevar a cabo es tener representación en todas las categorías, desde Biberón a Veterano, en la 2022/23. Nos gustaría poder contar con dos equipos de aficionados para dar salida a todos los chicos que terminan el ciclo de fútbol base. También llevamos un tiempo queriendo sacar un equipo Femenino de fútbol 7 pero nos hemos quedado cortos de efectivos y tomamos la decisión de no inscribirlo por miedo a que no nos diese para competir.
Ha mencionado una época negra en el club. ¿A qué se refiere exactamente?
No hace muchos años había dos equipos por categoría, incluso en Aficionados. A raíz de la crisis del ladrillo de 2008 y hasta el 2012 se han perdido bastantes recursos económicos y, desde entonces, el club tiene cargas financieras. Afortunadamente, dentro de poco tiempo y si todo sigue su curso se liberarán esas cargas económicas y el club podrá seguir trabajando de una manera más holgada.
¿Cuáles son las líneas maestras del Deportivo Ciudad a nivel deportivo?
Queremos formar grupos y equipos lo más competitivos posible y que los niños disfruten jugando al fútbol.
¿Es difícil competir a nivel de fútbol base en una ciudad en la que hay varios gigantes que captan muchos niños?
Tenemos nuestra hoja ruta claramente marcada y vamos a seguirla decididamente. Esos gigantes, como los denominas, son clubes que en su día se encontraron en una situación favorable y pudieron crecer a nivel de licencias y de equipos. El Deportivo Ciudad también está creando y favoreciendo ese tipo de situaciones para poder seguir creciendo en temporadas futuras.
¿Qué metas se marca el Deportivo Ciudad a corto plazo?
Aunque suene ambicioso, el objetivo es ascender en todas las categorías. El equipo Veterano compitió en Primera en esta última temporada y descendió a Segunda, por lo que el objetivo será ascender y regresar a Primera cuanto antes. El equipo de Aficionados lleva un par de años en Tercera compitiendo bien; nos metemos en las fases de ascenso pero nos falta esa pizca de suerte para dar el salto a Segunda. La idea con el primer equipo es ascender y asentarse en Segunda para, dentro de unos años, tratar de dar el salto a Segunda. Hace siete años teníamos al Aficionado en Primera Autonómica, éramos la quinta maravilla de ‘Monte Alto’ (ríe). El objetivo volverá a ser el mismo en la nueva temporada.
¿Y en el fútbol base? ¿También se marcan el objetivo de los ascensos de categoría?
Uno de los principales objetivos del club es que los niños disfruten tanto en los entrenamientos como en los partidos. En el Deportivo Ciudad no se van a cerrar las puertas a ningún jugador, ya tenga más o menos capacidad. La idea de un club como el nuestro es que la gente pueda hacer deporte, pero los que hemos formado parte de un vestuario sabemos que la mejor forma de pasarlo bien es ir a un partido y competir. Eso es lo que queremos inculcarle a nuestros jugadores.
¿En qué situación económica se encuentra el club de la Ciudad Vieja?
Con un giro de 180 grados en positivo respecto a cómo lo cogimos cuando empezamos a tener más peso los directivos de segunda línea en 2016. La situación económica del club se podría decir que está controlada. Tenemos nuestras obligaciones pero ya vemos el final en el horizonte. Estamos cerca de terminar de cumplir esa serie de obligaciones que condicionan el desarrollo de la actividad de un club de fútbol. Esperamos llegar a nuestro centenario dentro de diez años libres de cargas.
¿Cuáles son los primeros recuerdos tiene del Deportivo Ciudad?
Soy hijo de uno de los jugadores que vivió que época dorada del club, un equipo que ganaba ligas, que conquistó Copas de A Coruña, que era un referente en la ciudad. Yo empecé jugando en el Calasanz, que es un club que también tiene vinculación con el Deportivo Ciudad y el ejemplo perfecto era Moncho. Formó parte de juntas directivas, fue delegado y jugador en el club. Hasta que falleció era socio y paraba en el local social todos los fines de semana. Venía a comer, a pasar tiempo con nosotros.
¿Cómo explota el club su local social?
El local social está alquilado a una tercera persona para la actividad de hostelería. El club tiene salones a disposición de los socios que quieran hacer reuniones y también tenemos las oficinas del club.
¿Ha sufrido consecuencias su club derivadas de la pandemia?
Diría que sí porque, a nivel deportivo, la pandemia nos cortó una trayectoria ascendente en cuanto a la entrada de recursos en forma de jugadores que llegaban nuevos al club. Estábamos en un buen momento en esa temporada 2019/20. Nosotros fuimos unos de los clubes que prácticamente no paró después del confinamiento. Mantuvimos los entrenamientos y los equipos de fútbol base salieron a competir, aunque es cierto que algunos padres no quisieron que sus hijos jugasen en esa época. Los que no lo hicieron fueron los Aficionados, porque así lo dictaminó la Federación, y los Veteranos, porque los integrantes del equipo así lo decidieron. Después de la pandemia, la entrada de niños al club sufrió un descenso y estamos en proceso de recuperación.
¿En qué aspectos le gustaría que se diferenciase su club?
En lo que somos en la actualidad. Somos ‘Os Diablos Vermellos da Cidade Vella’, un equipo de tradición dentro de la ciudad. En la última década no nos han acompañado los resultados pero, desde el respeto, somos un club señor y creo que así nos consideran los clubes de la zona. Hemos tenido grandes embajadores como Amancio, Villa y Feijoo y el club tiene que respetar eternamente a esas figuras que han sido tan importantes en el transcurso de nuestra historia.
Son muy llamativas las redes sociales del club con un toque de humor.
La actividad que genera el club es deportiva pero también es ocio para los niños, para los padres, para los entrenadores y para los propios socios. Se nos cortó el tema del churrasco de fin de temporada en los últimos años y tenemos que recuperarlo. Organizamos el ‘Memorial de Amancio’ y sólo lo hicimos el primer año ya que después no pudimos por la pandemia y el año pasado por las reformas en los campos de A Torre, pero debe ser una cita anual en agosto para recordar a esta persona por sus valores.
