Han estado en la sombra durante prácticamente toda la primera vuelta y no han podido ayudar a sus equipos como les habría gustado, sobre el verde. Javi Angeriz, defensa del Laracha, Christian Iriso, central del Paiosaco, y Pablo Agulló, mediocentro del Bergantiños, no han tenido suerte con las lesiones en el primer tramo de la temporada y han brindado para que el año 2019 les dé, sobre todo, mucha salud.
Francisco Javier Angeriz López, Angeriz para los rivales y Javi para sus compañeros y colegas, cumplió 37 años el pasado mes de noviembre. “Mi lesión viene de la temporada pasada. Sentía una especie de contracturas en la pierna, pero era algo que venía de la espalda, del nervio ciático. En la pretemporada seguía entrenando con molestias, fui a hacer una resonancia y tenía dos hernias. Me dieron dos opciones: operarme o parar de todo. Estuve dos meses sin hacer nada y ahora ya estoy entrenando con el grupo sin molestias”.
Muy cerca de A Laracha, en Carballo, recaló el pasado verano Pablo Agulló con tan mala suerte que en la jornada 2, en Grela 1, contra el Silva, se rompió la rodilla. “No sé cómo se suele romper pero, por lo que he leído, muchas veces suele ser sin ningún contacto. En mi caso fue raro porque no hice un giro brusco, pero noté el crujido. Nunca había tenido un problema en la rodilla, pero me hicieron la resonancia y se confirmó la rotura del ligamento cruzado. Ya he pasado la peor parte y ahora tengo que seguir trabajando duro para intentar volver cuanto antes”.
El único de los tres que no ha llegado a jugar ni un solo minuto esta temporada es también el que no llegó a jugar nunca en Tercera. “Fue en el partido de Copa Diputación contra el Somozas el 5 de agosto. En un balón fácil para despejar, el delantero se lanzó, me cogió el pie apoyo y me rompió el peroné, me desplazó la tibia y me luxó el tobillo. En el momento no tuve dolor, pero me levanté y vi la pierna colgando. Después de tantos años intentando debutar en Tercera, todo se truncó en pretemporada”.
En ‘fuera de juego’
Acostumbrado a ser importante en todos los equipos en los que ha jugado, Angeriz ha sufrido la peor lesión de su carrera esta temporada. “Al principio se hace duro, cuesta asimilarlo. Es un palo duro ver a tus compañeros entrenar estando fuera, pero creo que si fuese más joven me jodería todavía más. Ya tengo una edad para asimilarlo mejor y mi recuperación era indefinida, no como la de Christian y Pablo, que sabían que tenían siete meses”.
Agulló ha visto todos los partidos del Bergantiños en casa y también ha viajado con el equipo cuando jugó fuera. “Me gusta el fútbol y me gusta ver a mis compañeros. Es evidente que se sufre pero yo sabía que tenía una cuenta atrás y menos de seis meses no me los iba a quitar nadie. Muchas veces parece que hemos desaparecido del mapa porque estamos lesionados pero yo intento ayudar a mis compañeros en todo lo que puedo”.
Para Iriso, lesionarse justo antes de que empezase la liga cuando ya acariciaba el debut en Tercera División, fue palo. “Ha sido una situación muy difícil para mí. Solo he jugado en el Imperátor y en el Paiosaco en toda mi carrera deportiva y me costaba ir al campo las primeras semanas. No me gustaba que me preguntasen cuánto tiempo me quedaba porque sabía que iba a ser mucho. Ahora estoy en la recta final y mucho más animado”.
Los objetivos
Javi no le da vueltas a lo que es el nuevo Laracha. “No hay que ocultar nada. Somos un filial y el objetivo es formar a los jugadores que pertenecen al Deportivo”. Pablo opina sobre las ‘rajadas’ que hay sobre su equipo pese a ser líder. “No entenderé nunca que se critique nuestra primera vuelta y que se diga que no jugamos a nada”. Por último, Christian desvela el objetivo de Juan Riveiro. “Pone en el corcho los puntos que debemos conseguir y son 45”.
