Jugadores y cuerpo técnico han tenido que acostumbrarse a lo que, de momento, se presenta como la que será la nueva normalidad en los entrenamientos del Racing de Ferrol. Emilio Larraz y sus pupilos, junto con el preparador físico Kiko Corredoira, pisaron ayer de nuevo el césped de A Malata, pero tuvieron que hacerlo en dos grupos de trabajo que llevaron a cabo su preparación en tres áreas diferenciadas.
“Ha sido un poco lío”, manifestaba el técnico zaragozano, “pero por lo demás he visto a los jugadores bien después de tanto tiempo de haber dejado la actividad. Han venido en peso, pero tras la falta de un entrenamiento específico durante este tiempo les va a costar más”.
Y es que si bien durante el confinamiento los jugadores contaban con un trabajo semanal –a lo que siguió un período de vacaciones al conocerse la suspensión de la competición– y el pasado mes de julio siguieron entrenando, lo importante de este pretemporada es ir poco a poco recuperando físico y que no se produzcan lesiones.
Todo ello en un ambiente bien distinto al que jugadores y técnicos están acostumbrados, debido al coronavirus. “Se han alterado las tareas de trabajo ya tradicionales” analizaba Larraz al término de la jornada “pero ya contamos con la experienca previa de los clubes de la LFP y vas teniendo referencias de lo que se puede y hay que hacer”.
Uno de la casa
En este esperado retorno al campo ferrolano estuvo también la última incorporación a las filas racinguistas, el ourensano Fernando Pumar, que conoció a los que serán sus compañeros durante la presente campaña.
Con lazos previos deportivos y de amistad con el propio Larraz o con jugadores como Diego Rivas y Álex, el propio entrenador se refirió a él como “uno de la casa”. Y no es para menos, ya que además de esas amistades, el futbolista ya militó en las filas racinguistas hace seis campañas.
Conocedor del potencial de su nuevo pupilo, “su experiencia, su proyección ofensiva, su buena interpretación de las jugadas de ataque y su inteligencia defensiva” son algunos de los puntos que destaca Larraz de Pumar. l
