El susto de la jornada
lll
17º-23º

El susto de la jornada

El susto de la jornada
Deporte Campeón-2018-12-18-018-bd1edb8e

Usuario

“Recuerdo un mano a mano con Gerardo donde él golpea el balón y por inercia me golpea con la rodilla en la boca. Lo siguiente que recuerdo es encontrarme en el suelo con muchísima sangre en la cara”, así describe Daniel Moreno Requejo (A Coruña, 1997) la jugada en la que sufrió una fractura en el maxilar superior durante el partido del pasado domingo entre el Paiosaco y el Somozas.

El guardameta verdiblanco se encuentra ingresado desde el pasado domingo en el CHUAC, donde le hicieron un TAC y le cosieron las heridas de la boca, y, dependiendo de su evolución, recibirá el alta hoy o mañana, según palabras del propio Dani.

“Ya pasó lo peor”, asegura el arquero, que ya piensa en volver a jugar los “más pronto posible” aunque todavía no sabe el tiempo de baja que le espera.

Dani no guarda ningún rencor a Gerardo, delantero del Somozas, tras la desafortunada jugada. El cancerbero considera que se trata de “una acción de partido donde pienso que él no va con ninguna mala intención”. De hecho, el de Gerardo fue uno de los muchos mensajes de ánimo que recibió Dani.

En cambio, reconoce que el árbitro debió haber parado el partido tras el choque. “Supongo que el árbitro vería la jugada en primera línea y vería el impacto claramente. A partir de ahí, es cuestión de sentido común parar el partido al tratarse de un golpe en la zona de la cabeza independientemente de que se tratara de una jugada peligrosa o no”, asegura.

La jugada en cuestión continuó y supuso el penalti y expulsión de Edu Dias en el minuto 35, además del 0-2 posterior desde los once metros. Dani opina que esa jugada “lo cambió todo” cuando se habría solucionado “parando el juego”. 

No obstante, el club verdiblanco plantó cara y rondó el 2-2 estando en inferioridad numérica antes de caer finalmente por 1-4. Algo que llena de orgullo a Dani.

“Sabía que a pesar de estar con diez y 0-2 el equipo lo iba a dejar todo porque es nuestra forma de jugar. Estoy muy orgulloso de ellos”, apunta.

Por último, el portero recuerda lo que sintió inmediatamente después del golpe y como el susto inicial se fue desvaneciendo gracias a su entorno. 

“En el campo me asusté cuando noté tanta sangre por la cara pero no perdí la sonrisa porque no me dejó Iriso en el vestuario. De ánimo estoy mucho mejor porque no hay tantos dolores y los mensajes de amigos y compañeros siempre son importantes”, concluye.

El susto de la jornada

Te puede interesar