La importancia del mediocampo en el ascenso a Liga Iberdrola del Deportivo Abanca es crucial. Sin el talento, no exento de trabajo, ni la influencia en el juego de las centrocampistas no se entendería el gran éxito del equipo blanquiazul.
Tres futbolistas han rendido por encima de las demás en el conjunto de la plantilla. Son Iris Arnaiz, habitual como mediocentro y que acabó la campaña de central, Teresa Abelleira, capitana y cerebro del juego ofensivo, y Alba Merino, el gran fichaje del pasado verano y la mejor futbolista que ha pasado por el Depor Abanca desde su creación.
Iris es puro equilibrio, esa futbolista que todo equipo necesita, la que realiza un trabajo tan oscuro como crucial. Teresa es talento innato, una centrocampista que entiende el juego como nadie y la especialista a balón parado. Alba es la experiencia, la que se ha ganado tras quince años en Primera, y una todocampista, con capacidad para llegar desde segunda línea, dar el último pase y ser la primera en la presión.
La gran campaña de Alba, Teresa e Iris no ensombrece el trabajo de sus compañeras en la línea de creación: Maya, Kika, Lía y la adolescente Carlota. La mediapunta japonesa llegó al Depor Abanca en la recta final de su recuperación, fue una apuesta arriesgada, pero un acierto tras las prestaciones que ofreció en los momentos clave de la temporada.
Kika, venezolana imaginativa y desequilibrante en los últimos metros, vivió una temporada agridulce por las lesiones, pero nunca perdió la sonrisa y aprovechó sus minutos. Lía, que parecía descartada el pasado verano para continuar en la plantilla, se quedó para vivir un momento histórico en el club de su vida. Es una de las tres coruñesas en la plantilla.
Otra de la casa es Carlota, la más joven de la plantilla, aún con ficha B e internacional sub-17. Ha dado pequeñas pero sobradas muestras de que está lista para dar el salto. Ellas son el motor del Deportivo.
