El Fabril es un alma en pena
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17º-23º

El Fabril es un alma en pena

El Fabril es un alma en pena
Jony Montiel, suplente ante el Celta B, recuperó la titularidad ayer ante el Fuenlabrada | pedro puig

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Más que delicada (lo lleva siendo toda la temporada), la situación del Fabril es triste. El equipo de Sergio Pellicer es un alma en pena que se retuerce de mil maneras para evitar un dolor infinito. En otras circunstancias, perder por la mínima ante el líder y no ser inferior a nivel de juego, sería un mal menor, pero ayer significó un nuevo palo. La permanencia está a 11 puntos para un filial cada vez más colista.

Puede que el Fuenlabrada, que tiene algún que otro futbolista de nivel superior a Segunda B, acabe ganando la liga, pero su propuesta es más bien justita. Al menos a nivel ofensivo. El ejemplo perfecto del significado de este equipo es que un mediocentro defensivo de la pasada temporada (Randy) es el mediapunta en esta campaña. Además, el centrocampista francés marcó el único gol de la mañana en Abegondo. El Fuenlabrada se encontró con facilidades en el inicio de la jugada, un desplazamiento en largo cerca de la línea del medio del campo, y también en la entrada de segunda línea de Randy, que le ganó la espalda a One y, prácticamente desde el borde del área pequeña, cabeceó llevando la pelota cerca del palo derecho de un indefenso Cobo.

El Fuenlabrada se vio con ventaja en el marcador a los veinte minutos de partido, el resultado ideal para un equipo como el que ha formado el joven (43 años) Mere. A partir de ahí, cobraron más trascendencia en el juego los dos centrales, probablemente la pareja más veterana de la liga: Cata Díaz (39 años) y Juanma (36).


El plan inicial del Fabril fue darle continuidad a la novedosa propuesta táctica que Pellicer proyectó en Barreiro ante el Celta B (2-0). De nuevo, tres centrales por delante de Álex Cobo, los mismos que en Vigo (Quique en la derecha, Raúl en el centro y One en la izquierda). En los carriles hubo una novedad: se mantuvo en el once inicial Leto en la derecha y se estrenó en el filial blanquiazul el último fichaje –Juanmi Carrión–. En el trío del centro del campo también hubo una novedad; repitieron Gaizka Martínez y Arturo Segade y, en lugar de Javi Cobo, la tercera pieza fue Jony Montiel, un futbolista de características muchísimo más ofensivas.
La pareja de delanteros va tras un punto y a parte porque no son la prolongación del resto del equipo sino que están aislados, como en una burbuja. Abeledo y Uxío, que ya jugaron juntos en punta de ataque contra el Celta B, también lo hicieron ante el líder y el resultado fue aún peor. El Fabril solo intimidó en la primera parte con una falta directa en el 45 que ejecutó Montiel por encima del larguero.


La apuesta del 1-5-3-2 de Sergio Pellicer duró exactamente 135 minutos –90 ante el Celta B y 45 contra el Fuenlabrada– porque en el descanso del partido de ayer borró ese dibujo y volvió a pintar el 1-4-2-3-1 con el que se presentó allá por la jornada 10 y que mantuvo en la gran mayoría de partidos. Se quedaron en el vestuario Quique y Gaizka y saltaron al campo Bicho y Víctor García. La línea defensiva perdió un futbolista y se mantuvieron las posiciones en una línea de cuatro y en el centro del campo Bicho fue la pareja de Segado, Montiel jugó de mediapunta, Víctor y Abeledo en las bandas y Uxío actuó de único delantero centro.

En los primeros minutos del segundo período, el filial del Depor consiguió desequilibrar en algún momento a un Fuenlabrada mentalizado en defender un 1-5-3-2, pero no tardó en adaptarse a la nueva estructura del Fabril y en hacer que el cronómetro avanzase sin piedad para el Fabril y sin que sucediese nada de provecho en un partido de por sí solo y que el equipo visitante se encargó de desalar tras el 0-1.


En el 62, un buen centro de Juanmi Carrión al segundo a palo encontró la llegada de Víctor García, que puso el interior de su bota derecha llevando la bola al lateral de la red de la portería de Biel Rivas.


El último instrumento al que recurrió Pellicer para intentar de destrozar el compás de un partido de nana fue uruguayo. Guillermo May entró por Abeledo para jugar cerca de Uxío y para que Montiel se fuese, de mentira, a la izquierda. El Fabril construyó un esqueleto de 1-4-4-2 a falta de veinte minutos para el final y tuvo una más para, al menos, rascar un punto. Un tiro de Montiel cerca del borde del área dio en un defensa y el cuero fuera a parar a la derecha, desde donde Víctor puso un centro raso al que Uxío, que se lanzó con el alma, no llegó. Y el partido acabó como casi siempre, con derrota para los de blanco y azul, colistas a once puntos de la permanencia y gran esperanza de reacción.

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